Irene Pardo: "El dinero de la Cultura no es para los artistas, sino para la sociedad"
La directora del Festival de Almagro estrena mañana el cargo en una nueva cita con el Siglo de Oro español
Creada:
Última actualización:
A Irene Pardo le gusta llegar con tiempo a los lugares, «aunque esta vez me he pasado», bromea. Es su primer Festival de Almagro como directora y no quiere dejar nada al azar, así que hace semanas que se encuentra por La Mancha «para hacerse a la temperatura». Aunque no es Almagro un lugar que le pille de nuevas a esta gestora cultural; ya pasó un año viviendo en la Plaza Mayor, más otros tantos que por ocio/trabajo, y asegura que volver donde fue feliz la relaja: «Soy de las pocas personas que, sin ser de aquí, puedo andar por las calles en las horas punta [de calor]. Cuando uno llega a Almagro le baja la tensión en el buen sentido». Es tal su conexión con la villa que «incluso mi viaje de estudios fue aquí».
−46 años, los suyos y los del festival, ¿cree en la casualidad?
−Le escuché a Luis García Montero que «la vida rima», y creo que algo está pasando. También se cumplen 30 años de que pisé por primera vez Almagro. He pasado de aquellas visitas teatralizadas de cuando tenía 16 a estar al frente del festival.
−Viene de de Almería, de El Alquián, ¿qué pasa allí con el teatro? Porque Bezerra también es de allí.
−¡Y un premio Biblioteca Breve, Juan Manuel Gil! No sabemos decirlo a ciencia cierta, pero algo sucede. Tendrá que ver ese instituto público al que fuimos. Estábamos muy conectados a las jornadas de teatro y eso nos ayudó a despertar un sentimiento de cercanía a las artes.
Ahora, Pardo ha cambiado la tapa de atún o gamba roja del Herminia por los duelos y quebrantos en El Gordo, y lo celebra como en los viejos tiempos almagreños, en el Urgencias. La discoteca más mítica de la noche festivalera recupera su esplendor en la inauguración. Tras el Premio Corral de Comedias a Blanca Portillo y «El templo vacío», de Lluís Homar, será el turno de la sesión DJ: Luis Miguel Cobo se alejará un rato de la escena para mezclar música clásica con bases electrónicas y así recuperar aquel espíritu de futbolines y bares a rebosar. Es la carta de presentación de una directora y licenciada en Filología Hispánica que ha pasado los últimos 17 años en la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titularidad Pública. Pero... ¿quién es Irene Pardo? «Una vecina de El Alquián que se fue a Madrid para poder trabajar en los que pensaba que iba a ser una parte muy feliz de su vida, como es la gestión cultural. Fue una vocación muy temprana», responde.
−¿Qué reto se ha puesto?
−Nos apoyamos en los cimientos de los 45 años anteriores; y el objetivo es preservar las artes escénicas del Siglo de Oro. Tiene que ser un mosaico de propuestas de todo tipo. Es un proyecto para los sentidos: gastronomía, arquitectura... Debemos relacionar un espacio como es el teatro del Siglo de Oro con el territorio. Lo primero que hice al llegar fue llamar a hoteles y restaurantes. Hablamos de inquietudes, problemas, soluciones... Habrá una ruta de tapas del Siglo de Oro. Todo muy acogedor. Todo caminando.
−¿Y no se ha agenciado la clásica bicicleta de Almagro?
−Por supuesto, Manolito ya me ha tuneado una.
−¿Le ha puesto nombre?
−Rucio [por la montura de Sancho], soy más de burro que de caballo.
−¿Y tiene autor/a de cabecera?
−Ana Caro de Mallén.
−Mucha autora áurea en este primer fin de semana.
−No es casualidad. Esos primeros días tratan de visibilizar a las mujeres y ponerlas de una vez por todas en una posición igualitaria. La historia hay que completarla con la visión de estas artistas [no solo autoras] y sin anular la de los hombres, solo completar. Y eso se hace con la mirada de autoras, coreógrafas, actrices... de hoy como Sara Cano o Beatriz Argüello.
−Como gestora cultural, diga una fortaleza y una debilidad del festival.
−Haber sobrevivido a diferentes directores, sensibilidades, patronatos y siglas; y por el contrario, el calor.
−Ignacio García se fue denunciando que no le dejaban crecer. ¿Usted cómo va a lograrlo?
−Hemos trabajado a dos velocidades, una por la urgencia de presentar esta edición, y otra en las siguientes. Ya tengo las carpetas del 2024 y 2025 abiertas. Espero que se sumen complicidades, pero hay que hacerlo con el tiempo. Hemos iniciado conversaciones con diferentes institutos de cultura y embajadas. Y la red de festivales de teatro de verano va a ser un punto de inflexión en todas las programaciones. El tejido empresarial debería implicarse más. Siempre es deseable el aumento en los presupuestos de cultura; cuanta más cultura haya y más acceso tenga la sociedad a esta, tenderemos a ser más igualitarios, justos y felices. Los presupuestos no son para los artistas, sino para la sociedad.
−García tenía muy marcada la idea del “Siglo de Oro EN español”, ¿usted tiene algún lema del estilo?
−No. El Siglo de Oro español es el eje vertebrador, pero no es excluyente. La idea de la internacionalización tiene que estar. El festival debe estar en los encuentros internacionales.
−Ha defendido que no busca llenar teatros, sino llevar el teatro a los pueblos. ¿Cómo se explica eso ante el Patronato?
−Eso fue un titular que me sacaron. Estoy aprendiendo a llevar esto de las entrevistas. Pero es verdad que lo único importante no puede ser llenar el teatro. La responsabilidad de una programación pública es ofrecer un mosaico de propuestas artísticas. Por supuesto que quiero los teatros llenos; y los espectáculos de danza, y circo, y las "performances"…