Laila Ripoll releva a Lluís Homar en la Compañía Nacional de Teatro Clásico: "Lope es mi santo laico"
La directora y dramaturga madrileña tomará las riendas de la casa a partir del 1 de enero de 2025 y promete "descentralización, contemporaneidad y transparencia"
Madrid Creada:
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No ha sido el verano más tranquilo por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Los nombres de Lluís Homar y Xavier Albertí sonaron más de lo que hubieran deseado ellos, la casa y los teatreros en general. La cosa terminó con el director de la CNTC fuera de la institución a final de año y todos a la espera de quién sería su sustituto o sustituta. Pues bien, la ecuación se ha resuelto este mediodía con uno de los nombres que aparecían en las quinielas: Laila Ripoll (Madrid, 1964), segunda mujer en hacerlo tras Helena Pimenta.
Hasta hace unos meses al frente del Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez, la directora coge el testigo de Homar y se pone al frente de la Compañía Nacional resumiendo su propuesta en en tres conceptos: "Descentralización, la Compañía debe girar todo lo que pueda y más; contemporaneidad, hay que hacer una lectura actual de los textos e ir a la esencia para que brillen con todo su esplendor; y transparencia, que es la base de la gestión", cuenta por teléfono a LA RAZÓN nada más conocerse el fallo del Ministerio de Cultura.
"Todavía estoy un poco impresionada con lo que se me viene encima", responde quien accederá al cargo en enero de 2025 por un periodo de cinco años (prorrogable por un máximo de otros tres). Aun así, se muestra "encantada" −no iba a ser menos− de asumir un puesto para el que queda acreditada tras una reconocida trayectoria ligada al repertorio clásico y al Siglo de Oro; más allá de contar con una amplia experiencia como gestora cultural en el sector público y privado.
En su relación propiamente dicha con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, recuerda su primer y último montaje: 'El jardín de Falerina', de Calderón, y 'La judía de Toledo', de Lope. Y será precisamente un texto de este último, del autor de esa primera manifestación dramática de los amores entre Alfonso VIII y la judía Fermosa, el que, asegura Ripoll, servirá de excusa para su primera dirección ya como lideresa de la institución. Lo tiene "claro", dice: "Será un Lope, mi patrón. Mi santo laico. No puedo perder la ocasión". Pero eso no será "hasta 2026", puntualiza una mujer que todavía no ha "cerrado los detalles" de un mandato en el que el ministerio escribe que "limitará sus posibles direcciones de escena a un máximo de una producción por temporada".
De la "etapa Homar" chirrío su poca sintonía con la dirección del Festival de Almagro y, sin querer entrar en polémicas, la nueva directora de afirma que no irá por separado de la cita manchega: "Tengo una relación excelente con un festival que está absolutamente hermanado con la CNTC. Haremos una colaboración estrechísima", sostiene quien debutó profesionalmente en el Corral de Almagro y quien fue reconocida en la edición de este mismo año.
De esta forma, Laila Ripoll regresa a la casa en la que creció y no se asusta por las turbulentas aguas que se han navegado en los últimos meses: "La conozco bien y creo que ha pasado por otros periodos más revueltos. Ahora veo paz. Hay revuelto, pero no herida".
Según detalla Cultura, "tras un proceso de selección que ha atendido a los principios de igualdad, mérito y capacidad, así como a los de publicidad y concurrencia", se ha impuesto el proyecto de la madrileña "de forma unánime en las diferentes fases del proceso entre las 19 propuestas presentadas, que se han sometido en su totalidad a la valoración del Consejo Artístico del Teatro del Inaem".
La propuesta de Laila Ripoll busca, "desde un profundo compromiso con los clásicos y con la gestión pública", señala la nota de prensa, consolidar a la CNTC como piedra angular en la producción, difusión y divulgación del Siglo de Oro, ampliando la influencia que ha generado en el tejido artístico español durante sus casi 40 años de historia, para que continúe siendo "no solo un gran referente del teatro áureo, sino un centro cultural y artístico de primera magnitud".
Entre los ejes definitorios de su propuesta, se encuentran la contemporaneidad, que promueve una lectura actual de los textos clásicos; la paridad, para defender la igualdad efectiva entre creadores y creadoras, con especial atención al papel de las dramaturgas y adaptadoras; la inclusión, para asegurar la accesibilidad tanto de público como de creadores con diversidad funcional; la descentralización, que busca trabajar en la presencia de la Compañía en todo el territorio del Estado; y la internacionalización, con el fomento del patrimonio áureo español para su presencia regular en los principales festivales del mundo.
En cuanto a la programación, Ripoll impulsará entre dos y tres producciones propias por temporada (una de ellas vinculada a la Joven CNTC) y apuesta por incluir al menos un título inédito en el repertorio de la Compañía. También llevará a cabo coproducciones y colaboraciones y aspira a exhibir el trabajo de compañías invitadas de reconocido prestigio, tanto nacionales como extranjeras. Su proyecto defiende que el repertorio esté abierto a todo tipo de lenguajes escénicos en relación con el patrimonio áureo, desde la danza al teatro musical, e impulsará la presencia continuada de teatro para la infancia.
Ripoll es una directora de escena, dramaturga, gestora cultural y docente con experiencia en producción: se formó en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (Resad) y cursó estudios en la Escuela de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, donde fue alumna de Josefina García Aráez, María Jesús Valdés, Joaquín Campomanes, Elvira Sanz, Adolfo Ponte y Ramón Regidor, entre otros. Posee una titulación en Pedagogía Teatral (Resad - INEM) y se especializó en la Escuela de Artes en interiorismo y escenografía.
Como directora, Ripoll ha liderado más de treinta montajes y ha escrito más de 40 textos teatrales. Para la CNTC ha versionado y dirigido títulos como 'Del rey abajo, ninguno', de Rojas Zorrilla (2007) y 'La judía de Toledo', de Lope (2017), autor al que también versionó en 'La cortesía de España', con dirección de Josep María Mestres (2014). Además, ha sido miembro del tribunal de selección de la cuarta y de la quinta promoción de la Joven CNTC y formó parte del Consejo Artístico del Teatro del Inaem que participó en la redacción del estatuto de la Compañía (2010/2012).
En el CDN ha dirigido títulos como 'Los niños perdidos' (2005) y 'Cáscaras vacías' (2016). Como gestora, Ripoll ha sido directora del Teatro Fernán Gómez – Centro Cultural de la Villa entre 2019 y 2023, y es directora y socia fundadora de Teatro Micomicón, compañía que cuenta con más de treinta años de trayectoria y que nace especializada en teatro clásico español, aunque a partir del año 1999 también se abre a la creación de textos propios.
Entre sus múltiples reconocimientos destacan el homenaje que le dedicaron en la última edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, donde también comisarió la exposición del Museo Nacional del Teatro Calderón, un escenario imaginado; el premio Fuente de Castalia (Clásicos en Alcalá), 2023; el Talía a la Mejor Dirección por 'Tea Rooms' (2023), el galardón de la Asociación de Directores de Escena a la Mejor Dirección por 'Rif, de piojos y gas mostaza' (2022), el Premio del público al Mejor Espectáculo del Festival Don Quijote de París por 'El triángulo azul' (2016), obra que también le hizo valedora del Premio Nacional de Literatura Dramática (2015) y del Max al mejor autor ese mismo año y posee también el Premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España (2002).