Teatro
«Obabakoak»: Desatino con pompa
De Bernardo Atxaga. : Calixto Bieito. : J. Apaolaza, L. Astigarraga, Y. Baglietto, G. Beitia, A. Etxebarria, M. Gaztañaga, I. Irastorza, I. Lazkano, I. Merodio, K. Olabarri, L. Otaola y E. Sagardoy. Teatro Valle-Inclán. Madrid. Hasta el 28 de octubre.
Había muchas ganas de ver la adaptación teatral que el director Calixto Bieito, cuyos trabajos suelen dividir al público entre adoradores y detractores, había hecho de la obra con la que Bernardo Atxaga ganó en 1989 el Premio Nacional de Narrativa –fue la primera vez que lo conseguía un libro en euskera– y se hizo un hueco en el parnaso de las letras españolas. Preocupado siempre por conectar con el espectador a través, fundamentalmente, del lenguaje sensorial, Bieito descuida aquí la base literaria del espectáculo hasta convertir el texto del que parte en un relato monocorde, deslavazado, aburrido y desprovisto de la imaginería que tenía en su origen. A pesar de que la función es eminentemente narrativa –mucho más de lo deseado–, la versión sacrifica cualquier atisbo de evocación poética y supedita la palabra a la composición de escenas de naturaleza audiovisual que fuerzan el expresionismo y que no logran decir nada al público en el plano más intelectual. Lo curioso es que el director, casi siempre brillante en el manejo de ese otro lenguaje no verbal, acumula aquí tantos elementos inconexos –micrófonos colgados del techo, pantallas que se mueven sin ton ni son, bicicletas que nada tienen que ver con la acción...– que, en lugar de sorprender, logra desconcertar. Ya se sabe: el exceso en la forma mata casi siempre el fondo. Cuando se empeña uno en dar más importancia a los fuegos artificiales que a las fiestas, y recarga de cohetes la plaza del pueblo, es muy posible que provoque un incendio y que la gente corra despavorida. Y eso hizo el público en el estreno cuando vio por fin caer el telón: salir muy deprisa.