Teatro Real
'Otello', ese monstruo que todos tenemos dentro
El Teatro Real inaugura su 29ª temporada de ópera con la obra maestra de Giuseppe Verdi en versión del norteamericano David Alden
Tras el estreno de “Aída” en El Cairo la Nochebuena de 1871, Verdi consideró su carrera como compositor de ópera finalizada. Tenía 58 años, era famoso y rico, y como le gustaba la vida campesina, se retiró a Busseto para ocuparse de sus posesiones. Fue Arrigo Boito, su libretista, el editor Giulio Ricordi y el director de orquesta Franco Faccio, quienes urdieron una trama para convencer al Maestro de que compusiera “Otello”, pieza que comenzó en absoluto secreto en marzo de 1884 y completó en 1886. Su estreno, en medio de una enorme expectación, se produjo en el Teatro alla Scala de Milán el 5 de febrero de 1887, abarrotado y entusiasmado por una nueva creación de su héroe nacional. Habían tenido que pasar 16 años para que el público disfrutara de una nueva ópera del genio –penúltima de su catálogo-, cuya producción preparó él mismo de forma meticulosa. Verdi había regresado reinventándose de nuevo con una enorme adaptación del trágico drama chakesperiano lleno de traición, amor, celos, ambición y engaño, mérito también del excelente libreto de Boito. “Una adaptación modélica del texto de Shakespeare –en palabras de Joan Matabosch, director artístico del Real-, una versión impecable, ejemplo de cómo convertir un gran texto teatral en un libreto y una ópera, por fidelidad al original, por la habilidad con que construye el pulso rítmico y por lo fabulosamente que se adapta a los imperativos del teatro cantado”. Su éxito fue tan absoluto, que pronto se extendió por toda Europa.
El Teatro Real arranca la temporada con la misma producción de “Otello” del norteamericano David Alden, con la que lo hizo en 2016, una coproducción con la English National Opera y la Ópera Real de Estocolmo. Del 19 de septiembre al 6 de octubre, ofrecerá 12 funciones enmarcadas dentro del homenaje a Shakespeare, uno de los ejes temáticos que vertebran la programación esta temporada, con la dirección musical de Nicola Luisotti y un reparto encabezado por los tenores Brian Jagde –que debuta el papel–, Jorge de León y Angelo Villari (Otello); las sopranos Asmik Grigorian y Maria Agresta (Desdemona); los barítonos Gabriele Viviani, Vladimir Stoyanov y Franco Vassallo (Iago), junto a Enkelejda Shkoza (Emilia), Airam Hernández (Cassio), Albert Casals (Roderigo), In SungSim (Lodovico) y Fernando Radó (Montano / Un heraldo).
Según David Alden, “esta es la mayor ópera escrita, no solo por Verdi, sino por nadie jamás”. El norteamericano opta por centrar la dramaturgia en el laberinto psicológico del personaje, cuyo carácter guerrero enmascara su enorme fragilidad ante la venganza de Iago. Para Alden, “la gran pregunta con esta ópera es ¿qué hacer con la cuestión racial?” En Shakespeare, Otello es una persona de color, pero el libreto de Boito reduce la importancia del racismo. “Verdi y él decidieron cortar la primera parte donde Otello se casa secretamente con Desdémona y sufre los insultos y el desprecio de esa sociedad blanca elitista. Y ¿por qué se nos permite seguir representándola en este mundo “woke” que vivimos, una ópera en la que un personaje de color es representado o cantado por un cantante blanco? –se interroga-. Porque es tan magistral, una obra maestra de tal calibre, que seguimos evitando ese foco, pero yo me pregunto, ¿hasta cuándo?”. La soprano lituana Asmik Grigorian que interpreta a Desdemona, rechaza el debate sobre si el cantante que encarne a Otello debe ser blanco o negro, o si se debería pintarse. “Lo importante es la música, me entristece estar ante una de las mejores músicas del mundo y que estemos pensando en el color de la piel o si pintar o no de negro al cantante. Soy
hija de la Unión Soviética y conozco y bien el significado de la palabra censura. He sido una armenia en Lituania, mi piel era más oscura que la de los otros lituanos. He tenido problemas con ello y mi hijo también. Eso siempre ha estado ahí, no podemos pretender que no existe, pero igual es que no lo estamos abordando de la forma correcta”.
Lo que apunta Nicola Luisotti, es que el tema verdadero que subyace en este montaje no es sólo el racismo, sino el feminicidio. “Vemos la historia de una chica joven, de 20 años, casada con Otello, de 45. El problema no es solo racial, sino de sociedad, de civilizaciones. Él viene del norte África y ella es veneciana. Otello no acepta que pueda ir con otro hombre y aparece el feminicidio, mata a Desdémona porque piensa que la ha traicionado con otro chico. Tiene una prueba, que resulta falsa, el pañuelo. Y tú, ¿por qué tienes una prueba matas a tu mujer? Estás loco. Otello es un loco que mata para nada, como hoy, por eso es tan actual. No debemos pensar que es de otros tiempos, sino un asunto que nos atañe ahora. En los periódicos vemos cada día una mujer asesinada, ¡para nada!” -enfatiza Luisotti- Lo que cambia aquí es que tenemos una música maravillosa. Otello parece un monstruo de otros tiempos, pero no, es un monstruo que tenemos dentro de nosotros”, concluye.