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Tirant ya no es el protagonista

Tirant ya no es el protagonista
Tirant ya no es el protagonistalarazon

«Es éste el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros, y duermen, y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con estas cosas de que todos los demás libros de este género carecen». Lo escribía Cervantes sobre «Tirant lo Blanch» en, ni más ni menos, que en su «Quijote». Un piropo suficiente como para ser tomado muy en serio por los siglos de los siglos. «Y no me extraña porque es que una novela muy, permítame la palabra, chula», explica Eva Zapico del clásico valenciano. Texto de Joanot Martorell que se convierte en la base de la versión de Paula Llorens que la directora presenta estos días en el Teatro de la Comedia (Madrid), «Tirant», hasta el 31 de marzo.

A pesar de ser una novela caballeresca del siglo XV, Zapico destaca su trama precursora en «algunos aspectos, lo que lo convierte en un título muy moderno. Especialmente la importancia que le da a los personajes femeninos, que en esa época no era nada habitual. Mujeres con una complejidad psicológica importante», cuenta. Sin llegar a una lectura feminista de los tiempos que corren, la directora y la adaptadora «sí hemos podido colocar el foco en la narrativa más allá de los personajes masculinos, aunque, a su vez, estos no han perdido peso», continúa.

Así, Llorens define su «Tirant» como «una invitación a la vida... En nuestra versión hemos querido resaltar la dualidad entre amor y muerte, Eros y Thanatos, siempre juntos, que rodean y acompañan a nuestros protagonistas a lo largo de la historia: el amor, insatisfecho y contrariado, los aboca al dolor. Además, la sexualidad se presenta de formas muy diferentes: alcahuetería, fetichismo, lesbianismo, vouyerismo, estupor...».

Las casi mil páginas del original han obligado al equipo a elegir y, como resume Zapico, «hemos tirado por la historia de amor entre Tirant y Carmesina, la parte que ocurre en Constantinopla». Con ella como centro de todo, al igual que el resto de personajes femeninos, «siempre olvidados o relegados a un segundo término, pero no así por Martorell, quien construye unos personajes femeninos profundamente ricos: Estefanía, Plaerdemavida, la Viuda Reposada...», cierra Llorens.