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Crónica

De la tensión con Alessandro Lequio a la llamada de Aless desde el más allá: los momentazos de la presentación del libro de Ana Obregón

La actriz ha comparecido ante los medios, en una rueda de prensa en la que ha arremetido de forma indirecta contra el padre de su difunto hijo

“En 20 años de carrera nunca he visto tantas cámaras”, ha comentado una sorprendida Ana Obregón al observar la multitud de reporteros y periodistas -incluso de medios internacionales- que la esperaban esta mañana en el madrileño Hotel The Westin Palace, donde ha tenido lugar la presentación oficial de “El chico de las musarañas”, el libro que empezó a escribir su hijo Alessandro Lequio y que ella terminó tras fallecer el joven.

Presentación de "El chico de las musarañas", con Ana Obregón
Presentación de "El chico de las musarañas", con Ana ObregónGtres

La actriz ha sido puntual y ha llegado minutos después de las 12:00 de la mañana, recibida por una lluvia de flashes y vítores de parte de la prensa, que la ha tratado con el mismo cariño con el que ella siempre recibe a los compañeros. La emoción se hacía evidente en su rostro y no ha podido evitar derramar alguna que otra lágrima al comenzar la presentación de la obra, “un canto a la vida y a la muerte”.

Acompañada de Olga Adeva, editora del área de no ficción de Harper Collins, Ana Obregón ha explicado que el proceso de escritura del libro supuso una catarsis para ella, pero también una dolorosa introspección a los momentos más oscuros de su vida. “Este libro está escrito con sangre. No podía para de llorar, las lágrimas mojaban el ordenador mientras escribía”, recuerda la actriz. De hecho, reconoce que le costó tomar la decisión de lanzarse a esta aventura que ha resultado ser un éxito -es la obra más vendida de la Feria del Libro de Madrid-, pero una especie de señal “mágica” la ayudó a dar el salto.

Ana Obregón, emocionada en la presentación de "El chico de las musarañas"
Ana Obregón, emocionada en la presentación de "El chico de las musarañas"Gtres

“Llegamos a una comida y me presentaron a Olga. Puse mi teléfono encima de la mesa y ellas querían convencerme de hacer el libro. Este libro es una catarsis, porque he tenido que vivir momentos muy dolorosos, entonces no lo tenía muy claro. Pero, de repente empezó a sonar mi móvil y la llamada era de mi hijo. De Álex”, comienza relatando la bióloga. Una historia sorprendente que, ante la emoción de Obregón, su editora ha tenido que continuar: “Ana se lo enseñó a Susanna y ella se echó las manos a la cabeza. Ana se puso muy nerviosa. Fue un momento mágico”. Algo más tranquila, Ana añade: “El teléfono de Aless estaba en un cajón, así que era una señal. Eso fue lo que me dio fuerzas, aunque no me atrevía a responder al teléfono. Hay cinco testigos, si no, sé que pensariáis que estoy loca, pero somos energía y la energía se transforma, jamás muere. Las almas son eternas”.

Tensión con Lequio en pleno directo

La presentación del libro ha sido una oda al renacer de Ana, a su salida del profundo pozo en el que se encontraba, tan oscuro que incluso pensó en quitarse la vida. “En Nueva York vivía en un tercero, y cuando me dijeron que no había nada que hacer, me cambié al séptimo. Lo tenía todo planeado. Pero suicidarse es una cobardía, al final siempre hay un rayo de luz”, exclama, en una clara apuesta por seguir adelante “y nunca trendirse”

Sin embargo, esa energía positiva que inundaba el salón de actos del hotel se ha visto empañada cuando ha salido a relucir el nombre de Alessandro Lequio, padre de su hijo Aless y abuelo de Ana Sandra.

Ya te vale. Ya va un mes que no me escribes y no sé qué te pasa. Mi nieta, tu nieta, te espera en mi casa, porque es tu familia, y que sepas que está deseando conocer a su abuelo”, ha sentenciado una Ana visiblemente molesta. En directo desde “El programa de Ana Rosa”, el aludido ha manifestado su desacuerdo ante el llamamiento de su ex.

Alessandro Lequio en 'El programa de Ana Rosa'
Alessandro Lequio en 'El programa de Ana Rosa'Mediaset

Casi desde el primer momento, el italiano se ha mantenido en silencio, dice, por respetar la intimidad que su hijo anhelaba en vida, una postura que Ana Obregón parece no compartir. “Yo he intentado, con amor, hacer todo lo que a mi hijo le hubiera gustado y que no pudo hacer. Con esto cierro sus tres deseos. Sobre todo, tener una hija; después, que se publicara su libro, y lo de la fundación. (...) Eso sí que es respetar a un hijo. Respetarlo no es guardar silencio. Respetarlo es cumplir su voluntad y hacer un homenaje cada de su vida”, ha exclamado en lo que parece un reproche a Lequio, aunque apunta: “Va sin segundas”.

Aun así, Obregón insiste en que las puertas de su casa están abiertas para Alessandro y que estará encantada de recibirle cuando quiera conocer a la pequeña Ana Sandra: “Yo a él siempre le he defendido públicamente. Él, como dice, tiene su familia y su hija... pero bueno, tiene las puertas abiertísimas cuando quiera venir. A mi hijo le encantaría. A Ana Sandra le encantará saber que, además de una abuela, tiene un abuelo”.