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Tesoro a la vista

El cofre de la fragata ya es una realidad. De las 600.000 monedas rescatadas se verán en Cartagena 8.000, 46 de ellas de oro, junto con objetos personales
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Lo que se anunció como el mayor tesoro rescatado jamás del mar devino en pesadilla tras un interminable litigio entre el Gobierno español y la empresa cazatesoros norteamericana Odyssey Marine Exploration, que lo había recuperado y se adjudicaba su propiedad, pero tuvo un final feliz con el regreso del cargamento de la fragata «Nuestra Señora de la Mercedes» a España en febrero de 2012 y ahora culmina con broche de oro con la exposición de una parte representativa de lo que transportaba en su interior el barco. Una parte de las más de 600.000 monedas recuperadas se muestran desde hoy al público. En el Arqua de Cartagena se podrán ver tras las vitrinas, como adelantó LARAZÓN, entre 7.500-8.300, además de las piezas más significativas que se han rescatado: parte de la botonadura de la oficialidad de la Real Armada, instrumentos de óptica y tres tabaqueras de oro, así como unos gemelos igualmente de oro y otros de bronce, un aplique de tirador, un compás de dibujo, una polea española y varios documentos, como un oficio de Manuel Godoy, príncipe de la Paz, y un parte de combate del jefe de escuadra, José de Bustamante.
En Madrid se verá en breve en dos sedes: el Museo Nacional de Arqueología y el Naval. Será bastante más ambiciosa. De hecho, esta semana partieron hacia la capital más de 30.000 objetos. Los expertos han trabajado sobre el conjunto de monedas que nutren ambas muestras y explican que se ha visto el proceso de documentación en paralelo al de conservación y restauración. En el primero se han identificado de forma individual las piezas, tanto si han sido sometidas a un tratamiento como una vez finalizado éste, mientras que el de conservación consiste en la eliminación de los productos de corrosión inestables y el tratamiento de los estables. Una vez finalizados estos dos baños, se ha realizado una limpieza mecánica muy suave para que tengan ese aspecto parecido al de la plata metálica y luzcan de cara al público. El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, que inauguró la muestra, destacó el «éxito internacional sin precedentes en la lucha contra el expolio y el tráfico ilícito» de patrimonio que supuso la recuperación de este tesoro, que calificó como «hito jurídico», aunque el expolio supuso la pérdida del pecio del barco y, por tanto, de valiosa información histórica y de contextualización, por lo que esta exposición (que ocupa 330 metros cuadrados en la sala sótano del centro) pondrá el énfasis en concienciar de la importancia de proteger y difundir el patrimonio como bien común.
Según explicó el director del Arqua, Iván Negueruela, director del Arqua, «no existe ningún tesoro similar expuesto al público», ya que la mayoría de las colecciones hundidas en el mar «han sido violadas y vendidas por partes». De las 8.000 monedas que se pueden ver ya en Cartagena, 7.500 han sido restauradas y estabilizadas, pero no se exhiben limpias para recrear el estado en que estuvieron bajo el mar durante más de 200 años, desde el hundimiento de la fragata en 1804. El resto, unas 600, se exponen ya limpias, aunque con aspecto no brillante, una pátina que se ha querido conservar para garantizar su estabilidad, a diferencia de la limpieza que había hecho ya en algunas la empresa «cazatesoros». Además, se pueden ver los diferentes estadios de restauración y limpieza, las distintas cecas o lugares de procedencia (Lima, México, Santiago y Potosí), y los reyes a los que pertenecieron, principalmente Carlos III y Carlos IV.
Uno de los reclamos es, qué duda cabe, la colección de monedas de oro que finalmente se podrá ver. Son 46 del total de las 212 que transportaba la fragata de ese metal. Una de ellas, además, es la joya de la corona, pues tiene la peculiaridad de llevar la inscripción de Carlos IV, aunque con la efigie de su predecesor, Carlos III.
El conjunto incluye, entre el casi centenar de artefactos rescatados, cartas y documentos de la época, poleas y clavos, piezas de cubertería y tres tabaqueras de oro, entre otras piezas. Por último, la exposición cuenta con paneles interactivos y accesibles para personas invidentes sobre las rutas comerciales oceánicas de España en los siglos XVII y XIX, los principales elementos de la navegación e incluso una reproducción de una sección de la fragata a tamaño real, en la que se ha colocado el cargamento tal y como estaría en su época. La muestra podrá visitarse de manera gratuita desde hoy y hasta el 8 de junio.
Concienciar a la sociedad sobre la importancia de combatir el tráfico ilícito de bienes culturales es uno de los principales objetivos de esta muestra, en la que destaca la innovadora catalogación que se ha realizado para inventariar las monedas. No será, sin embargo, hasta dentro de dos años aproximadamente cuando se restauren y clasifiquen todas las piezas.
Carlos IV, el rey ganador
El conjunto de monedas se exhibe en dos grandes vitrinas que ocupan el centro del espacio permanente. La primera explica la historia de la embarcación desde su construcción, así como los viajes que realizó y la batalla que provocó su hundimiento. Aquí, las piezas aparecen expuestas de la forma en la que se encontraron, es decir, ya restauradas, pero no limpias para acercar al visitante al momento de su descubrimiento. Algunas se exhiben en bloques o amalgamadas y otras sueltas. La segunda vitrina se centra en el estudio numismático y se explican los procesos de recuperación, investigación y conservación de estos bienes. Las piezas se han clasificados según los reyes. Carlos IV, a quien correponde el 75% del material hallado, gana por goleada. También en estas vitrinas se exhiben monedas excepcionales, caso de una conmemorativa de la proclamación de Carlos IV o un real de a dos de Fernando IV y una veintena de estas piezas de oro y plata. El bloque de Nuestra Señora de la Mercedes incorpora además un audiovisual sobre el combate de la fragata en el cabo de Santa María y un recurso interactivo sobre sus características físicas. Otro de los bloques de «La navegación oceánica», que es así como se llama la exposición, explica las nuevas rutas y el comercio interoceánico. A través de un interactivo con un planisferio se indican las principales vías de comercio hacia Asia y el continente americano impulsadas por la Corona de España y Portugal a partir de finales del siglo XV y consolidadas durante la Edad Moderna.
Además, se complementa con la exposición de varias piezas de alfarería y vajilla de los siglos XVIII y XIX para destacar el importante papel que desempeñó el comercio en aquella época con la introducción de nuevos productos como la porcelana y la seda.
En el apartado de la construcción naval, se da a conocer al visitante este proceso de diseño de embarcaciones incorporando elementos informativos y didácticos como reproducciones de instrumentos de navegación (brújula, reloj de arena) y recursos olfativos de especias que eran transportadas en los barcos. Este bloque también estará adaptado al braille. Se incluye una sección transversal de la fragata Mercedes a escala real, de 11 metros de ancho y 37 de altura. Como punto final el visitante verá con la sección «Un legado a proteger», cuyo objetivo es que se tome conciencia de la importancia de luchar contra los expolios y defender nuestro patrimonio cultural mediante un panel informativo y un audiovisual que recorre los momentos más importantes de la recuperación del tesoro hundido de la fragata «Nuestra Señora de las Mercedes». Todavía no hay una fecha definitiva para que la exposición se inaugure en Madrid.