Amazon Prime Day 2025

Ferai de San Fermín
El segundo encierro de San Fermín 2025, con los toros de Cebada Gago, dejó una advertencia clara: la tradición no puede sobrevivir al margen de la responsabilidad. En plena entrada a la plaza, varios corredores tocaron a las reses e interfirieron en el trabajo de los pastores durante el recorrido, provocando momentos de caos y riesgo extremo. La respuesta fue inmediata: identificación, propuesta de sanción y posible multa. El mensaje es contundente: el encierro exige respeto o impone consecuencias.
Participar en el encierro de Pamplona es una de las experiencias más intensas y arriesgadas que pueden vivirse en las fiestas. Pero no se trata de un acto libre ni improvisado. Existe un reglamento específico que protege tanto a los corredores como a los animales, y cuyo incumplimiento puede derivar en sanciones económicas y, lo que es peor, en situaciones de peligro mortal.
Entre las normas básicas impuestas por el Ayuntamiento y las autoridades, hay siete prohibiciones tajantes: nada de mochilas ni bolsos, fuera chancletas o calzado inadecuado, vetado correr bajo los efectos del alcohol o las drogas, prohibido permanecer en el recorrido sin intención de correr, tocar las reses o llamarlas la atención están penalizados, y no se permite grabar ni tomar fotos durante la carrera. Estas reglas no son una sugerencia: son la línea que separa la temeridad de la cordura.
Además, se suman una serie de recomendaciones pensadas para quienes deciden ponerse delante de la manada. Lo primero: el encierro no es para cualquiera. Exige preparación física, reflejos y templanza. Hay que elegir bien el tramo en el que se va a correr, llegar con tiempo y situarse en las zonas habilitadas. Entrar en portales, esconderse en rincones o esperar en ángulos muertos supone un grave riesgo.
Durante la carrera, se debe mantener una línea recta, sin detenerse ni cruzarse. Cada corredor debe prever dónde va a retirarse y hacerlo por los laterales, sin estorbar al resto. Si uno cae, lo prudente es proteger la cabeza con los brazos y no levantarse hasta que otro corredor dé la señal. Levantarse antes de tiempo puede generar más caídas y poner en riesgo a todos.
Al llegar a la plaza, la consigna es clara: correr hacia el vallado y dejar libre el ruedo. Ni citas, ni gestos, ni protagonismos. Los pastores y dobladores necesitan espacio para controlar a los toros. La seguridad del encierro es un pacto colectivo. Solo con disciplina, conocimiento y respeto puede mantenerse viva esta tradición sin sacrificar la integridad de quienes la hacen posible.
Amazon Prime Day 2025