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Renuncia

Ramón Valencia se va de ANOET tras perder Sevilla

La salida del empresario se produce en medio de un rediseño estratégico de la asociación, que busca reactivar su operatividad y cohesión interna con nuevos perfiles al mando

Ramón Valencia larazon

La tauromaquia vive semanas de vértigo y reordenamiento interno. Ramón Valencia ha decidido presentar su renuncia como vicepresidente de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET), apenas cuatro días después de que se oficializara su salida como empresario de la Real Maestranza de Sevilla. Dos movimientos consecutivos que suponen mucho más que un simple cambio de nombres: marcan el final de una etapa con peso en la historia reciente del sector.

Aunque la asociación había anunciado una reestructuración profunda para "hacer más operativa la toma de decisiones", la marcha de Valencia no deja de ser simbólica. Una figura clave de los despachos taurinos da un paso atrás justo cuando se redefine el tablero. La nueva dirección, menos numerosa, apuesta por un modelo más dinámico, pero también más alineado con los intereses actuales de quienes ostentan ahora el poder efectivo.

En esa lista ya no está Ramón Valencia, pero sí ha regresado con fuerza José María Garzón, nuevo empresario de la Maestranza y ahora vocal de ANOET. Su presencia en la nueva Junta Directiva se interpreta como un movimiento estratégico: alguien que toma el relevo en Sevilla y entra con voz propia en el organismo que articula a los organizadores taurinos. Un paso que no pasa desapercibido en un mundo donde los cambios de poder rara vez son neutros.

La salida de Valencia plantea interrogantes sobre su rol futuro en la estructura del toreo organizado. ¿Es una retirada definitiva o solo un cambio de trinchera? De momento, lo cierto es que abandona dos puestos clave en menos de una semana, justo cuando ANOET busca mayor cohesión interna y un perfil más ejecutivo al frente.

El nuevo equipo lo forman Rafael Garrido como presidente, Óscar Martínez Labiano como vicepresidente, y los vocales Nacho Lloret, Alberto García, Carmelo García y José María Garzón. Un bloque que, sobre el papel, representa distintas sensibilidades del empresariado taurino, con el objetivo de hacer frente a los retos actuales sin nostalgias ni lastres.

Lo que está claro es que el ruedo del poder taurino se mueve. Y la marcha de Ramón Valencia, figura central en la gestión de uno de los cosos más emblemáticos, es una señal de que la tauromaquia también se redefine desde dentro. No se trata solo de carteles, sino de estructuras, decisiones y nombres que empiezan a cambiar.