
Reconocimiento
Morante, ausente pero imbatible en los premios del Real Casino de Madrid
Los protagonistas del pasado San Isidro recibieron sus galardones en una ceremonia que también sirvió para reivindicar el compromiso del Casino con la expresión cultural taurina

El Salón Real del Real Casino de Madrid fue escenario de una noche en la que la expresión cultural taurina se celebró con nombres propios. Los premios que entrega la institución cada año tras San Isidro alcanzaron su edición número 29 con un cartel de galardonados de primer nivel. Y aunque hubo discursos, homenajes y recuerdos, fue la ausencia de Morante de la Puebla la que pesó más en el ambiente. Aun sin estar, su temporada se impuso con una contundencia incuestionable: doble premio como "Triunfador de la Feria" y "Mejor quite artístico".
Vicente Zabala recogió los trofeos del diestro sevillano y no ahorró palabras: "Más que histórica, la temporada de Morante ha sido milagrosa", dijo, aludiendo a la lucha del torero con sus propios demonios. Lo definió como "el Museo del Prado de la tauromaquia", subrayando la dimensión simbólica de una figura que ha ido más allá del ruedo este 2025. Un torero que, como señaló el periodista, "se ha ofrecido entero al toro, desde lo más oscuro hasta la entrega total".
Pero no todo giró en torno a Morante. Borja Jiménez volvió a destacar, esta vez con el premio "A la mejor faena", repitiendo presencia tras haber sido el Triunfador de 2024. Víctor Hernández fue el torero revelación, Aarón Palacio el mejor novillero y Emilio de Justo firmó la mejor estocada de la feria. Fortes emocionó con una confesión cruda sobre los 1425 días que tardó en volver a vestirse de luces tras su cogida. "Solo volví cuando supe que mi toreo había crecido", afirmó ante un público que le respondió con respeto y admiración.
En el terreno ganadero, Victorino Martín se llevó el premio al toro más bravo por "Milhijas", mientras que Jandilla fue reconocida como la ganadería más completa. Borja Domecq, visiblemente emocionado, recordó a los recientemente fallecidos Álvaro Domecq y Ana María Bohórquez. No fue una noche para lamentos, pero sí para memoria y verdad: la emoción se coló sin disfraz en varios momentos del acto.
También hubo espacio para la comunicación taurina, con el premio a Telemadrid, recogido por Sixto Naranjo y Javier Mardomingo. Noé Gómez del Pilar recibió el galardón "Al coraje y al valor", mientras que Víctor del Pozo fue distinguido por el mejor par de banderillas. Más que un reparto de trofeos, fue una radiografía del presente de la tauromaquia, con voces nuevas, figuras consagradas y un futuro que sigue reclamando sitio.
La escultura "El Torito", réplica de la obra del francés Isidore Bonheur, fue el símbolo tangible de cada galardón, pero lo que se respiró en el Salón Real fue otra cosa: la certeza de que la tauromaquia, como expresión cultural, sigue viva y combativa. Y que si bien los premios no cambian la historia, sí ayudan a escribirla.
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