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Historia

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Una lección de Historia en la Cámara Alta

El Senado acogerá mañana una serie de conferencias impartidas por escritores de novela histórica sobre su colección de pintura

«La rendición de Granada», de F. Pradilla, uno de los óleos más famosos del Senado
«La rendición de Granada», de F. Pradilla, uno de los óleos más famosos del Senadolarazon

El Senado acogerá mañana una serie de conferencias impartidas por escritores de novela histórica sobre su colección de pintura.

Durante años ha sido denostada o dejada de lado, pero esta pintura, de timbre academicista y temática histórica, había ilustrado las páginas de los manuales de los institutos y los colegios durante varias generaciones de estudiantes. En el transcurso del convulso siglo XIX español se decidió evocar los jalones o episodios más relevantes de nuestro pasado. Una apuesta para intentar arrojar algo más de luz a la larga singladura que había cruzado nuestra nación hasta esas fechas salpicadas de vaivenes. Dichos sucesos, a riesgo de caer en una simplificación, ilustraron con eficacia cuáles habían sido los eventos principales que habían dado su identidad y principal idiosincrasia al país. Tal costumbre, aunque algunos la infravalora o la vincule con los movimientos y la mentalidades que agitaron las aguas intelectuales y políticas de esa centuria de progreso que alumbró la llamada Revolución Industrial, gozaba de una larga tradición que arrancó con la lejana dinastía de los Austrias, cuando aquellos monarcas decidieron ensalzar algunos de los eventos y victorias que habían apuntalado sus reinados en telas que hoy son inmortales y que actualmente reposan en las salas del Museo del Prado, como «La rendición de Breda», de Velázquez, o «Carlos V en la batalla de Mühlberg», de Tiziano. Sus otros precedentes claros, muy asimilados por el imaginario popular, fueron las obras de Francisco de Goya que hacían referencia al alzamiento del pueblo contra las tropas francesas durante la Guerra de Independencia.

Estampa pictórica

Pero fueron estos óleos de la segunda mitad del siglo XIX, ejecutados en formatos de gran tamaño, los que acabaron articulando una larga estampa cronológica y pictórica de lo que hemos sido y hemos hecho hasta tiempos recientes. En la sede del Senado han ido a parar algunas de estas obras que, desde hace largo tiempo, aguardan una vindicación justa de su talento narrativo y artístico (algo en lo que ha hecho hincapié El Prado). Ahora, la Cámara Alta ha decidido invitar a una serie de escritores de novela histórica para que impartan conferencias divulgativas dedicadas no solo a hablar de estas joyas, sino también de los episodios que retratan. Los autores que han sido invitados son José Calvo Poyato, Juan Eslava Galán, José Luis Corral, Isabel San Sebastián, Antonio Pérez Henares, Almudena de Arteaga, Jesús Sánchez Adalid, Eva Díaz Pérez, María Vila San Juan y Emilio Lara. Cada uno de ellos reflexionará, respectivamente, de «La conversión de Recaredo», de A. Muñoz Degrain; «Cristóbal en el convento de la Rábida», de Cano de la Peña; «Jura del rey Alfonso VI en Santa Gadea», de Marcos Hiráldez; «La rendición de Granada», de F. Pradilla. «Durante ese siglo existió una estupenda escuela de pintura histórica. Todos los pintores pusieron su talento para reflejar los episodios de la historia de España más relevantes y buena parte de ellos están hoy en día en la colección del Senado. También quedan en el Museo del Prado. Esta es una costumbre, la de la pintura histórica, que no hemos conservado aquí, aunque sí en otras naciones de nuestro entorno», lamenta Juan Eslava Galán, autor de la reciente «La familia del Prado» (Espasa).

El presidente del Senado, Pío García-Escudero, inaugurará estas jornadas mañana. Las conferencias estarán abiertas al público hasta completar el foro y cada uno de los escritores que participan será introducido por un senador. El evento se desarrollará en el salón de los Pasos Perdidos, pero se emitirá igualmente a través de la web en directo para que puedan ver el acto aquellos interesados que no hayan podido entrar o asistir. Como aseguró a este diario Eslava Galán, «parece que España es el único país que se avergüenza de su historia. Los escritores vamos a reivindicar ahora estos espisodios, igual que otras naciones».