Una Navidad con magia al galope
María José y Johan cantan el Gordo. Cuatro millones de euros directos a Grañén (Huesca). Lágrimas de emoción, nervios, flashes, y unos días en los que se convirtieron en los embajadores de la suerte. Después volvieron los libros, el recreo, los exámenes. Vuelta a lo cotidiano hasta hace unas semanas cuando comenzaron de nuevo los ensayos, los cuidados de la voz y el repaso a los números de cinco cifras. Hasta que la suerte -esa que ellos repartieron- quiso que a ellos le tocara su particular lotería.
El billete en esta ocasión era de avión. ¿Y el destino? Disneyland Resort París. Una veintena de estudiantes del colegio de San Ildefonso se convirtieron el fin de semana pasado en los encargados de dar la bienvenida a la Navidad. Es más, fue Ismael, uno de los chavales, quien encendió con una barita mágica, acompañado por Mickey, Minnie, Donald y Goofy, el majestuoso abeto de 24 metros de altura que da la bienvenida a todo aquel que durante los dos próximos meses se quiera adentrar por Main Street.
«¿Por qué no se nos habrá ocurrido antes?», comentaba el vicepresidente de Marketing y Ventas de la compañía, Federico González, que defiende que «cada vez que viene alguien al parque se cumple un sueño y para nosotros es importante poder ayudar un poquito a que se cumplan los sueños de estos niños». Lo cierto es que bastaba ver la sonrisa de Adrián, Aroa e Isaac -tres hermanos que se estrenan en las lides loteras-, o las miradas ante el desfile de Noemí y Álvaro -unos expertos en moverse entre los bombos- para corroborarlo. O la sorpresa de cualquier niño, y no tanto, cuando comienza a nevar en el parque sin que bajen las temperaturas ni empeore el tiempo.
Peter Pan al frente
Así es la magia. Ésa que hace que cada día invertido, ya sea en Disneyland Park o en Walt Disney Studios Park, se quede corto. Más ahora, con los nuevos espectáculos del 20 aniversario del parque, con Peter Pan como «guionista». Y es que, al caer la noche, la luz y el agua se apoderan del Castillo de la Bella Durmiente. Mientras el mejor confidente de Campanilla se mueve en un montaje audiovisual con fuentes que alcanzan los 40 metros de altura, fuegos artificiales, proyectores que cubren todo el castillo, llamaradas de 35 metros de alto y la música de algunos de los mejores clásicos de la casa. Más de un año y medio invirtieron en sacarlo adelante. No fue en vano. Como todo el empeño puesto para que cualquier preocupación se quede en la maleta y el espíritu de la Navidad sea lo único que marque el ritmo.
En esto ayuda, y mucho, la nueva cabalgata en la que Papá Noel aparece en su trineo rodeado de muñecas, soldaditos y muchos otros juguetes que cobran vida. Pero, sobre todo, la oportunidad que se les presenta a los más pequeños de conocer de primera mano el taller en el que se preparan todos los regalos que sorprenderán a más de uno la noche del 24 de diciembre. Además, podrán dejarle su lista hasta el 25 de diciembre en un buzón situado en la oficina de correos. Que no se les olvide, ya que, unas semanas después, recibirán una carta de respuesta en su casa. Aquellos que prefieran mirar con buen humor estas fiestas, Goofy les sorprenderá con su disfraz de Papá Noel y se ha plantado en Town Square para sacarse una foto con él.
Con la tranquilidad de haber enviado la misiva, no estaría de más continuar con un almuerzo de cuento en la casa de Cenicienta. Sin duda alguna, es uno de los centros gastronómicos del parque, donde uno puede degustar un pato a la naranja más que recomendable. ¿Lo mejor? Poder compartir mesa con las princesas Disney entre espejos biselados y tapices de Aubusson. Por cierto, en el patio se encuentra la auténtica calabaza convertida en carroza.
Si «las reinas» de la casa han tenido lo suyo durante la comida, no estaría de más, que los príncipitos tuvieran su compensación dando un salto a Discoveryland. En primer lugar, resulta imprescindible viajar con Buzz Lightyear con pistola láser en mano para derrotar al malvado Zurg. Y del futuro al pasado, para ponerse al volante de un coche de los años 50 en Autopía, un clásico presente en todos los parques Disney, que no caduca. La guinda la ponen el paseo por el Nautilus -cuidado con el calamar gigante- y el «revival» de «El capitán EO», la película protagonizada por Michael Jackson fundida para la ocasión con efectos visuales del siglo XXI.
Aquellos que prefieran vivir a toda velocidad estos días y dar esquinazo por unos minutos a la Navidad, no deben perderse la oportunidad de probar en Walt Disney Studios las emociones que despiertan tanto Tower of Terror como Rock 'n' Roller Coaster. En la primera podrán comprobar cómo se siente una caída de 13 pisos. En la segunda, es la música de Aerosmith la que marca cada uno de los movimientos de una montaña rusa que hace subir la adrenalina al personal. También forma parte de la magia Disney.
LOS NIÑOS DE SAN ILDEFONSO: «NOS HA TOCADO EL GORDO»
«Nos ha tocado el gordo, pero no un poquito, sino bastante», comentaban los hermanos Adrián e Isaac, de 12 y 10 años, respectivamente; y Aroa, de 7 y medio, la más pequeña del grupo, cuando se enteraron de que Disney España les invitaba como alumnos del colegio de San Ildefonso (en la imagen, Javier Moreno, director general de Disneyland París para España y Portugal) junto a los chicos para inaugurar la Navidad en París. El director de la Residencia del colegio de los niños de San Ildefonso que, junto a otros profesores, acompañó a los pequeños en esta experiencia mágica, recordaba que las caras y los gritos de los «agraciados con el gordo» fueron «impresionantes».