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Jorge Volpi frente al reto de la verdad

El novelista gana el Premio Alfaguara 2018 con una «novela sin ficción» sobre el caso Cassez-Vallarta que enfrentó a México y Francia.
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El novelista gana el Premio Alfaguara 2018 con una «novela sin ficción» sobre el caso Cassez-Vallarta que enfrentó a México y Francia.
La literatura es el rehén lógico de las preocupaciones y angustias de su autor. La justicia, la humana, no la divina o la absoluta, ya merodeaba la conversación de Jorge Volpi. El novelista no es hombre de prudencias y discreciones, sino que interviene en las diferentes realidades de su entorno, como demuestra ese ensayo de intervención urgente que es «contra Trump» y su libro «Examen de mi padre», que es el análisis forense de la figura paterna, de su relación con él y que, en este título, corría de forma paralela a la propia historia de su tierra natal. Un ejercicio de reconocimiento, de asomarse al espejo de lo personal, sí, pero que también le dio pie a abordar en sus entrevistas el tema que apuntala ahora definitivamente: la Justicia en su país.
Miles de expedientes
Con «Una novela criminal», el escritor gana el Premio Alfaguara, dotado con 142.000 euros, y recupera el caso Cassez-Vallarta que conmovió a la opinión pública de México y Francia. «Es una obra sin ficción, híbrida, entre la literatura y el periodismo para abordar un tema real». Volpi recoge uno de los sucesos recientes más controvertidos de su país: el de Israel Vallarta y Florence Cassez, detenidos precisamente por la policía federal al sur de Ciudad de México el 8 de diciembre de 2005, acusados de secuestro y de integración en una banda criminal. Un hecho que tocaba al autor de dos maneras distintas: él vivió durante varios años en Francia y, además, le enfrentaba a una vieja decisión de juventud. «Tuve que recuperar un hecho que quería olvidar: el abandono de los estudios de Derecho que había iniciado para emprender la carrera de escritor. Para este libro he tenido que recuperar esa formación para leer los miles de expedientes». La novela arranca con la presentación de un personaje «en apariencia secundario», que es el de Valeria Cheja Tinajero, pero el interés real que motivó que Volpi se interesara por los entresijos de esta historia arrancó posteriormente, cuando salió a la luz cómo la policía federal había anunciado el lugar y la hora de la detención a los medios de comunicación y estos pudieron emitir la entrada de los agentes federales en la hacienda donde estaban Israel Vallarta, Florence Cassez junto a tres rehenes. La espectacularidad de esa retransmisión y la revelación de que las cadenas de televisión habían sido avisadas con antelación, animó el instinto literario de Jorge Volpi. «Este es un libro sobre la búsqueda de la verdad y, sobre todo, si es posible encontrarla detrás de las miles de declaraciones y el juicio público y mediático que se había desencadenado. El verdadero desafío de la literatura, en este caso –explicaba ayer el narrador mexicano poco después del fallo del jurado–, era cómo resolver y dar forma a ese complejo magma de testimonios, afirmaciones, en ocasiones contradictorias, hechos dispersos y caóticos, para intentar reconstruir los sucesos». Uno de los principales intereses que esconde entre sus páginas «Una novela criminal» es que no duda en enseñar los elementos más incómodos del sistema judicial mexicano, «que parece no funcionar», como es el origen y las consecuencias de la corrupción.
Jorge Volpi ha adoptado un papel diferente a otros títulos que ha publicado con anterioridad. En este caso es un mero espectador, un descriptor de los sucesos que han ocurrido, sin tomar partido. Un punto de vista que deja al lector desnudo frente al texto y con el desafío ante él de tomar una postura, adoptar una posición. «Yo no pretendo entrar en la culpabilidad o no de estos personajes. Quiero que cada lector haga su propio juicio y por eso la novela es lo más neutral posible. En México, un 95% cree que Vallarta es culpable y creo que esto puede reactivar el debate, no solo sobre la presunción de inocencia, sino sobre la corrupción del sistema», comentó Volpi desde México a través de una videoconferencia. Para Volpi abrir el debate de la justicia en su nación resulta esencial, porque «vemos en todas partes una monopolización de los sucesos. Hay decenas de desaparecidos y desplazados. Nuestro país se convertido en una especie de cementerio. Los inocentes están dentro de las cárceles y los culpables fuera. Existe la necesidad de reformar el sistema judicial en este país desangrado», añadió luego. Esta obra ahonda en el desafío de la verdad. Y en este caso es muy difícil porque no puedes creer ni en las fuentes oficiales».

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