Athletic de Bilbao

1-2. El de siempre, como siempre

Los jugadores del Athletic de Bilbao celebran el segundo gol ante el Sevilla
Los jugadores del Athletic de Bilbao celebran el segundo gol ante el Sevillalarazon

Al término de un partido agobiante, de una prórroga de infarto, pese a ser inferior al Athletic y pasearse sobre el alambre cuando acarreaba de la ida una ventaja casi definitiva, el tetracampeón ya está en semifinales. Ganó en los penaltis, en una tanda en la que el único fallo lo cometió el ex bético Beñat, que estampó su tiro en los brazos de Soria. La resolución fue obra de Gameiro: un quinto penalti a la escuadra... con una cojera ostensible y más valor que un legionario.

Los sevillistas tenían miedo, definida esta sensación por un analista de taberna en el almuerzo: «Todo lo bueno pasó en Bilbao. Esta noche, sólo pueden ocurrir cosas malas, así que, inconscientemente, sales al campo deseando que el partido acabe. Eso le pone mucho peso a las piernas». Estaba describiendo la primera jugada, en la que Kolo y David Soria dejaron que un balón se empadronase en su área, hasta que Aduriz burló al portero y chutó cruzado para que el central salvase sobre la línea. El miedo paralizante había generado la primera ocasión. De haber entrado...

También tuvo la suya el Sevilla, que sin Banega encomendó a Krohn-Dehli el trabajo creativo. El danés, desde los tres cuartos, filtró un balón a media altura medido al pie de Rami, cuyo remate con el interior se marchó alto por poquito. Empate a ocasiones en la primera mitad, pero, a medida que transcurrían los minutos, sensación cierta de dominio bilbaíno, sólo mitigado cuando Gameiro le echaba una carrera a los pesados centrales visitantes. En la velocidad del francés cifró Emery sus esperanzas de pasar una noche tranquila. Por lo demás, oficio de grupo ganador y sutiles triquiñuelas para que el tiempo pasara.

La primera galopada de Kevin llegó con el inicio de la segunda parte. Una embestida a mil por hora que terminó por dejarle a Iborra un remate franco bien tapado por Herrerín. Se anunciaban contragolpes locales porque a los visitantes iba a empezar a asfixiarlos el reloj y para ello sacó Emery a Konoplyanka, otro velocista, casi al tiempo que Valverde trataba de desequilibrar en la mediapunta con Muniaín. De repente, se embaló el partido. Aduriz golpeó primero con la colaboración de David Soria, muy tierno en el disparo raso del ariete. Pero no dio tiempo para que el Sevilla acusase el mazazo, ya que Vitolo enjaretó una contra con apertura hacia Krychowiak y el pase de la muerte del polaco lo convirtió Gameiro.

En la media hora final, posiblemente porque el Athletic quedó huérfano sin Aduriz, dio sensación de control el Sevilla, que rozó la puntilla con Gameiro y con una irrupción en el área de N’Zonzi. Pero los vizcaínos marcaron la única que tuvieron, un sublime cabezazo parabólico de Raúl García. Tocaba prórroga y hubo ocasiones: una picadita de Susaeta que lamió el poste y una doble del Sevilla, con Konoplyanka estrellando una falta en el palo y Coke, en la acción subsiguiente, con una chilena que salvó San José. Fue una ruleta rusa que hubo de resolverse desde los once metros.