UEFA

2016 dijo adiós a Silvio Gazzaniga, el escultor de la Copa del Mundo

Tras la presentación de 53 proyectos artísticos, procedentes de todo el mundo, la FIFA eligió la creación de Silvio Gazzaniga en 1971

Imagen de la Copa del Mundo, obra de Silvio Gazzaniga.
Imagen de la Copa del Mundo, obra de Silvio Gazzaniga.larazon

No hay trofeo más soñado entre los jóvenes apasionados al balompié internacional que la Copa del Mundo. Miles de niños de todo el planeta, en su tierna edad, golpean el esférico por excelencia, a diario, con el deseo de poder rozar con su imaginación, cada cuatro años, la pieza de oro que entrega las llaves del paraíso del fútbol.

Tristemente, a partir de ahora la Copa del Mundo brillará un poco menos. Este año se ha marchado un trozo de Historia del deporte rey a nivel mundial.A los 95 años falleció en Milán el escultor y orfebre Silvio Gazzaniga (Milán, 1921 – Milán, 2016), creador de numerosos trofeos deportivos, entre ellos la tan amada Copa del Mundo.

Junio 1970, Estadio Azteca de Ciudad de México. En la final de la Copa del Mundo de ese año, el Brasil de Pelé y Rivellino se enfrentaba a la Italia de Gigi Riva, Sandro Mazzola, Gianni Rivera y Enrico Albertosi. Hay mucho más en juego que una «simple» victoria mundial, para la satisfacción de ambos equipos. Quien ganara tres veces la célebre Copa Jules Ritmet, existente desde el primer mundial de Suiza en 1954; tenía derecho a conservarla para siempre. Y tanto Brasil, como Italia, iban empatados en números de mundiales. Por una victoria definitiva con 4 goles a 3, Brasil obtiene por tercera vez, finalmente, el campeonato internacional de fútbol por antonomasia, en su novena edición. Con la mirada puesta en el siguiente Mundial de Alemania Oeste, en 1974; hubo que pensar en la creación de una nueva Copa del Mundo.

Gazzaniga, quien comenzó su profesión a los 19 años, en esa época llevaba ya tres décadas de actividad, y había creado medallas, trofeos y copas para las principales federaciones deportivas italianas. Pero como él mismo dirá más adelante: «Un proyecto de este tipo es la ocasión de toda una vida». «Quería crear un símbolo universal de deportividad y armonía, por esa razón me quise inspirar en dos imágenes fundamentales: el atleta que exulta y el mundo». Terminará encerrándose una semana entera en su estudio de Milán. Hasta ver nacer, definitivamente, a la que siempre será su «niña».

Tras la presentación de 53 proyectos artísticos, procedentes de todo el mundo, destinados a la realización del nuevo trofeo internacional, la FIFA eligió la creación de Silvio Gazzaniga en 1971, en aquel entonces quincuagenario. El nuevo trofeo medirá «36,8 centímetros, estará hecho de oro de 18 quilates y pesará 6,175 gramos. La base contendrá dos anillos de malaquita semi preciosa, mientras que en su parte inferior estarán inscriptos los nombres de los ganadores de la Copa Mundial de la FIFA desde 1974», tal como sigue recordando en la actualidad la entidad futbolística internacional. El propio Gazzaniga la describirá de esta forma: «Las líneas brotan de la base, suben en espirales y se estiran para recibir al mundo. Desde las singulares tensiones dinámicas del cuerpo compacto de la escultura surgen las figuras de dos deportistas». «Para mí», dijo en otra ocasión, «esta copa representa la alegría, la exultación y la grandeza del atleta en el momento de la victoria: dos futbolistas estilizados que, felices, sostienen el mundo entero». Será presentada oficialmente en 1972, como la nueva Copa del Mundo FIFA.

A lo largo de su carrera, Silvio Gazzaniga también ha creado otros míticos trofeos, entre los que se encuentran las legendarias Copa UEFA y la Supercopa de Europa, además de la Copa del Mundo de béisbol y la Copa del Mundo de voleibol. Al contrario de lo que ocurrió con la Copa Jules Rimet, ningún país podrá conservar la actual Copa Mundial de la FIFA, porque las normas establecen, oficialmente, que ésta siempre «permanecerá en posesión de la FIFA», al menos hasta el Mundial de 2038; sobre la base del gran cariño que los amantes del balompié han demostrado a lo largo de todas estas décadas. Así pues, larga vida al símbolo del Olimpo del fútbol y a la memoria de Silvio Gazzaniga, escultor de su gloria.