Fútbol
Becerril-Real Sociedad: “El que quiera robar lo va a tener fácil”
Todo Becerril, 754 habitantes, se desplazará a Palencia para ver a su equipo que intentará la gesta contra los guipuzcoanos
En Becerril de Campos hace ya semanas que cayó el Gordo y no precisamente de un décimo de Doña Manolita. «Para nosotros esto es mejor que el dinero. Es lo típico que de pequeño decías con tus colegas ¿te imaginas al Becerril jugando contra uno de Primera? Pues ha llegado el día», cuenta con la ilusión de un niño pequeño en la víspera de Reyes Raúl Negrete, un aficionado que esta noche verá a su equipo de toda la vida jugando contra la Real Sociedad.
«No te haces una idea de la ilusión que hay en el pueblo. La gente está como loca porque llegue la hora del partido», dice Raúl, que hoy tendrá que salir un poco antes de su trabajo para llegar a tiempo a Palencia. «Tenemos un negocio familiar de lechazos y ahora en Navidad hay muchísimo trabajo. Me escaparé dos horas para ver el partido y después vuelta al curro», señala un padre que aún no sabe qué va a hacer con su hijo. «Estamos a ver si le podemos dejar con alguien, pero todo el mundo va al fútbol», cuenta Raúl que, por si acaso, tiene entrada para el pequeño.
A 14 kilómetros de Palencia, el equipo del pueblo más pequeño en la historia de la Copa del Rey, apenas son 754 habitantes, congregará en la Nueva Balastera a toda la localidad. «El que quiera robar este noche en Becerril lo va a tener fácil porque por aquí no habrá ni Dios», añade Raúl entre risas. Con dos restaurantes y dos bares en el municipio, «aunque seguro que hoy cierran para irse a ver el partido», en Becerril está decretado el día de fiesta.
Ni el frío que corta la respiración ni que mañana se trabaja, son motivos suficientes para frenar a una marabunta que ya tiene preparado el orujo, que se fabrica en la zona, para vivir una noche mágica en el estadio de la capital palentina, que hace días tiene colgado el cartel de no hay billetes. «En dos días vendimos 4.000 entradas», cuenta orgulloso Juan Antonio Redondo, presidente del Becerril. «Somos un club modesto, pero hemos buscado más el efecto de meter a 8.000 personas en un campo que ganar dinero». Y añade: «En el pueblo la gente está como loca. Han venido televisiones, nos han hecho entrevistas ... Están viviendo la vida de un famoso», cuenta entre risas.
Hoy no importan las cenas de Navidad con los compañeros. Nadie quiere perderse el partido más importante de la historia del club terracampino y por eso, desde uno de los bares del pueblo, saldrán autobuses para trasladar a los socios y a la gente mayor que quiera ir al estadio.
Albañiles, oficinistas y estudiantes. Así son los futbolistas que esta noche se enfrentarán a la Real Sociedad. Sin experiencia más allá de Tercera, sólo dos saben lo que es jugar en Segunda B, todos tenían marcado desde hace semanas el 19 de diciembre en el calendario. «Se han pedido el día libre para estar relajados. Y yo también», cuenta este militar que reside en Valladolid y que lleva tres años en la presidencia. «Lo compagino bien. Cuando me tengo que ir de maniobra delego en mis directivos y más o menos lo gestionamos bien».
Portero del Becerril durante quince temporadas, Juan Antonio es de vivir los partidos con tensión. «Me pongo muy nervioso. Siempre estoy dando vueltas por ahí, pero hoy me tocará quedarme quieto en el palco cumpliendo con la autoridades», señala.
El equipo que viste de morado porque uno de los primeros presidentes del club se hizo con un par de camisetas viejas que le sobraban al Palencia, quiere seguir soñando en la Copa. «¿Y si tienen el día tonto?», dice Raúl.
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