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Serena Williams

La maldición de Serena Williams en el Open de Australia

La estadounidense de 38 años cayó en tercera ronda con lo que sigue a un Grand Slam del récord de 24 de Margaret Court

Tennis Australian Open 2020
Serena Williams no pudo con la china Qiang Wang en tercera rondaLUKAS COCHEFE

En Melbourne en 2020 tampoco. Serena Williams sufrió en el Open de Australia un nuevo batacazo en su intento por alcanzar los 24 Grand Slams de la “aussie” Margaret Court. La china Qiang Wang, la número 29 del mundo, pudo con la exnúmero uno (6-4, 7-6 y 7-5 en 2 horas y 41 minutos) con lo que la estadounidense deberá esperar a Roland Garros en su intento por asaltar un registro que persigue desde hace dos años. Desde que reapareción después de su madre. Y eso es lo que la mantiene viva en el circuito cuando está a ocho meses de cumplir 39 años.

Serena no se esperaba un palo como el vivido en la tercera ronda de Australia. Porque esta vez tenía más esperanzas de nunca de alcanzar a la legendaria Margaret Court. Había llegado al torneo después de imponerse en Auckland y ante una rival a la que había tumbado con una facilidad pasmosa en los cuartos de final del pasado Abierto de Estados Unidos. “No creía que iba a perder este partido. Cometí muchos errores, demasiados para una deportista profesional. Soy demasiado mayor como para jugar así a estas alturas de mi carrera. Esto es un gran torneo, no es una excusa. No hay razón alguna para haber jugado así”, afirmó muy afectada.

Serena se ha quedado mucho más lejos de lo que estuvo el año pasado de un registro que se ha convertido en una obsesión. En 2019 perdió las finales de Wimbledon y Nueva York ante Halep y Andreescu, respectivamente. En 2018 sus verdugos en los mismos escenarios fueron Kerber y Osaka. El último Grande que ganó fue precisamente en Australia 2017. Luego llegó la maternidad y desde su reaparición ha disputado ocho Grand Slams. El récord de Margaret Court sigue ahí. Y es la única razón por la que sigue en activo: “Creo que puedo conseguirlo, de lo contrario no seguiría. Esto es decepcionante”. En la primavera de París, la siguiente oportunidad.