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Motociclismo

Márquez, Mir, Rossi... Lo que el coronavirus se llevó y lo que no en el Mundial de MotoGP 2020

El año del covid-19 supone el fin de una era en el Mundial. Rossi dice adiós al equipo oficial de Yamaha. Dovizioso y Crutchlow dejan paso a una nueva generación y Márquez cede su trono

Valentino Rossi se despidió del equipo oficial de Yamaha
Valentino Rossi se despidió del equipo oficial de YamahaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

La sensación en Portimao cuando se apagó el último motor fue la de que una etapa se cerraba en MotoGP. Hay cosas cotidianas que no se repetirán la temporada que viene. Cambian los nombres, las certezas dejan de serlo y se siente tanto vértigo como en ese cambio de rasante brutal del trazado del Algarve. Ayer Rossi se despidió del equipo oficial de Yamaha para apurar sus últimas carreras en el satélite Petronas. Quién se lo iba a decir, pero todo llega, y si no que se lo pregunten a algunos de sus mecánicos, como el australiano Alex Briggs, que 28 temporadas después de que empezase primero con Doohan y luego con Valentino, se quedará en casa en 2021.

Todavía no se va «Il dottore», aunque sea a costa de bajar un escalón, pero sí que lo dejan otros dos veteranos: Dovizioso y Crutchlow. El italiano se toma un año sabático que podría convertirse en retirada definitiva, mientras que el británico se convierte en piloto probador de Yamaha para poder pasar más tiempo con su mujer y su hija pequeña, Willow, que lloró de alegría cuando supo que su padre estará mucho más en casa el curso que viene.

Los dos son ya unos clásicos de la categoría reina, pero cuando pase el invierno no estarán. Dejan paso a una nueva generación, que va ganando espacio en la parrilla a la espera de la vuelta de Marc Márquez. Justo en el año más extraño, el campeón cedió su trono por lesión y se mantiene la incertidumbre de cuándo podrá estar listo para iniciar la reconquista. Mientras tanto, Miguel Oliveira cumplió en Portimao el sueño que seguramente nunca se atrevió a tener por ser demasiado bonito: ganar la carrera de MotoGP cuando el Mundial vuelve a tu país después de mucho tiempo. Eso hizo el luso, licenciado en odontología por tradición familiar y doble ganador en este 2020. Hasta nueve distintos ha habido y cinco de ellos lo hacían por primera vez. Nada será igual tras la Covid.

Quedaban dos títulos por definir en la última cita de 2020. Bastianini se coronó en Moto2 y Albert Arenas lo hizo en la categoría pequeña para darle a España dos de los tres Mundiales posibles. Llegaba con ventaja sobre Ogura y Arbolino, pero le puso emoción hasta el última vuelta. Pero cruzó la bandera y pudo celebrar con un puesto de helados que los chicos del Aspar Team le montaron en una de las curvas. Su edad denota que no lo ha tenido fácil el de Girona y así ha sido.

De hecho, hace poco más de un año, tras ganar la carrera de Tailandia 2019 se rompió ante las cámaras de DAZN. No pudo evitar las lágrimas por un triunfo que llegaba después de muchos problemas y que le garantizaba continuar en el Mundial cuando se veía más fuera que dentro. Una grave caída entrenando en bicicleta casi le cuesta el bazo y le hizo sufrir mucho en silencio, sólo rodeado de los más cercanos.

Son esas cosas que no se ven cuando se descorcha el champán, pero ahí están, en la cabeza de los protagonistas. El sábado, antes de dormir, vio esa carrera, como motivación para no fallar en el Algarve y cumplir su sueño. No falló y se convirtió en el quinto español que gana en Moto3 tras Maverick Viñales, Álex Márquez, Joan Mir y Jorge Martín. Es el campeón número 21 en la historia de España y el quinto para el mito Jorge Martínez Aspar como dueño de equipo. Ya lo hizo con Bautista, Talmacsi, Julio Simón y Nico Terol, que también se coronó en la última carrera en 2011. Había pasado mucho tiempo desde entonces y el propio Aspar reconocía que había pasado momentos complicados, porque los patrocinadores no abundan.

Antes de la carrera de MotoGP, los pilotos quisieron dar las gracias a Carmelo Ezpeleta, el máximo responsable de Dorna y el gran artífice de que haya podido disputarse este Mundial tras el confinamiento. Es una especie de padre para todo el «paddock» y ha gastado mil veces la batería de su teléfono haciendo gestiones para que todo estuviera previsto. La burbuja ha funcionado y las motos han vencido al virus.