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Historia

Ley Bosman: 25 años de la sentencia que revolucionó el fútbol

La nueva norma declaró ilegales los cupos de extranjeros de jugadores pertenecientes a estados miembros de la Unión Europea y el fútbol paso a ser más un negocio que un deporte.

Jean Marc Bosman
Jean Marc BosmanArchivoLa Razon

Hoy se cumplen 25 años de la sentencia que cambiaría para siempre la historia del deporte rey. El fútbol de ahora tiene sus raíces en Jean-Marc Bosman. El deporte como negocio y los contratos multimillonarios llegaron de la mano de la sentencia deportiva más importante hasta la fecha: la ‘ley Bosman’. El 15 de diciembre de 1995 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró ilegales las indemnizaciones por traspaso al finalizar un contrato y los cupos de extranjeros de jugadores de la Unión Europea.

Tal día como hoy de hace 25 años, el jugador belga Jean-Marc Bosman obligó a la UEFA a plegarse ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en nombre de la libre circulación de trabajadores, revolucionando de paso el fútbol y en particular el sistema de traspasos.

La decisión histórica del Tribunal puso fin al pago por el traspaso de un jugador que llegaba al final de su contrato y a los cupos que limitaban el número de extranjeros en cada club.

El origen de la sentencia se sitúa en la batalla judicial que emprendió Jean-Marc Bosman apoyado por el entonces joven abogado, también belga, Jean-Louis Dupont. En 1990, Bosman, de 24 años, llegaba a la finalización de su contrato con el RFC Lieja, de la primera división belga. Recibió una oferta de prolongación de contrato que consideró insuficiente y quiso aprovechar el interés del Dunkerque, un segunda francés. Pero el Lieja, aplicando el reglamento vigente, solicitó una indemnización de 11,7 millones de francos belgas (290.000 euros) que el Dunkerque se negó a pagar, con lo que el futuro deportivo de Bosman quedó bloqueado por su club de origen. A partir de ahí arrancan las demandas del futbolista, contra el Lieja, la Federación de Bélgica y la UEFA, que finalmente desembocarán en la batalla judicial europea y la conocida como sentencia Bosman: no son legales las indemnizaciones por traspaso ni los cupos de extranjeros entre ciudadanos de la Unión Europea.

Gracias a esta ley y la lucha de Bosman, los futbolistas quedaron libres de inmediato y por tanto pueden ejercer su profesión libremente por todo el territorio. Lo más paradójico de la Ley Bosman es que la intención por la cual se llevó a cabo esta lucha en los Tribunales Europeos es por la libertad y el reparto de jugadores por el territorio europeo, el propósito era bueno y ley fue positiva, sin embargo, a día de hoy, las ganancias no están repartidas y los clubes con más dinero consiguen a los mejores jugadores.

Consecuencias de esta Ley

El impacto de esta sentencia en las ligas europeas no fue inmediato, pero conforme ha pasado los años, hemos visto como jugadores de diferentes países negocian contratos con los clubes europeos, en muchos casos, el negocio es al mejor postor, por tanto, los clubes que más dinero tienen, se llevan a los mejores jugadores. Se consolida así la supremacía de las cuatro grandes ligas: Inglaterra, Alemania, Italia y España. El último campeón de Europa pre-Bosman fue el Ajax, con un equipo joven que fue rápidamente desvalijada.

El “efecto Bosman” se pudo comprobar por primera vez en la temporada 1996-1997. la liga española se transformó completamente ya que la sentencia vino acompañada de contratos televisivos millonarios. Aquel verano en España se pasó de 92 extranjeros a 199 con un gasto de 170 millones de euros por los 30 de la temporada anterior. Uno de los traspasos más famosos de la pasada década bajo la normativa Bosman fue el de Steve McManaman, que se fue del Liverpool FC al Real Madrid CF en 1999.

La formación de jóvenes promesas en las canteras comenzó a perder peso, ya que grandes clubes con derechos de televisión o con inversores de cualquier parte del mundo, que presentan ganancias mucho más elevadas que clubes pequeños, pueden adquirir los mejores jugadores.

Hasta 1995, la formación de la cantera en categorías inferiores de fútbol base era clave para el desarrollo de los jugadores de un club y su ascenso a categorías superiores. El fútbol era más un deporte que un negocio.

A raíz de la ley Bosman y del impacto que tuvo en las décadas posteriores a la sentencia, la UEFA comenzó a preocuparse por el bajo número de jugadores de la cantera que tenían los equipos europeos y se vio obligada a dictar una nueva regla por la cual todos los equipo de la competición tiene que contar con un mínimo de jugadores formados en el país, de este modo se reduciría el número de jugadores extranjeros en las plantillas y se podría llegar al regular el mercado de intercambio de jugadores.

Sin embargo, a raíz de esta norma y a pesar que el debate continúa vivo en las máximas instituciones futbolísticas, el fútbol se ha convertido en un negocio en el que el deporte ha dado paso al espectáculo. Sin duda, ya no es lo que era.

Lejos del histórico veredicto, que abrió las puertas a que los jugadores profesionales europeos pudieran cambiar de club al término de sus contratos, Bosman se quedó sin empleo se arruinó y cayó en una depresión, además de darse a la bebida. Colgó las botas en 1996 y aunque su carrera deportiva no fue precisamente brillante su nombre pasaría a formar parte de la historia del fútbol.