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Opinión

El PP y el fútbol español

Mejor llevarse un guantazo ahora que una paliza en cuartos de la Champions o en las generales

Los jugadores del Cádiz celebran el gol de Alejandro Fernández cerca de Piqué
Los jugadores del Cádiz celebran el gol de Alejandro Fernández cerca de PiquéToni AlbirAgencia EFE

El fútbol español está como el Partido Popular: necesita reinventarse. Los octavos de Champions están siendo unas elecciones catalanas. Mejor llevarse un guantazo ahora que evitar una paliza en unas generales o en unos cuartos de final con el Bayern de por medio. El «se veía venir» o el «ya lo decía yo» que te soltaba tu madre cuando se consumaba algún desastre son sendos pozos de sabiduría. Se pueden aplicar al Barça, a lo de Mbappé, a Haaland, a lo de Hasel, a las manifas, a lo de Iglesias y los medios, al estado contemplativo de Sánchez... menos a lo del adiós del PP a Génova 13, que como salida por la calle del medio no ha estado mal, a casi todo.

Dejar atrás el tiqui-taca y el «la vida puede ser maravillosa» de Andrés Montes parece obligado en tiempos de pandemia. Nuestro fútbol es un «Ecce homo» al que Atlético y Real Madrid no tienen pinta de ir a restaurar. Llegar a la primera eliminatoria de la Champions y ejercer de local en Bucarest, en el estadio del Steaua, hubiese tenido su gracia para el Barça. Para el Atlético es un destierro sin encanto. Es un partido de ida a trasmano, una excusa con la que justificar la doble pesadilla vivida ante el Levante.

Al Madrid cuesta verle venir, tiene un toque imprevisible que al menos le da emoción. No sabes si te va a pedir un gin tonic, un agua con gas o una Mirinda. El miedo escénico está escondido entre grúas, las glorias deportivas son ecos lejanos y las mocitas madrileñas están confinadas. El Atalanta de Bérgamo suena a rival de la antigua Copa de la UEFA. Lo mismo es que el fútbol español está sólo para eso.