Rechapados Ferrer
Aquí se fabrican los tableros de ajedrez que aparecen en la serie “Gambito de Dama”
Rechapados Ferrer, una pequeña empresa de La Garriga, cerca de Barcelona, se ha visto desbordada después de que sus tableros se vieran en el gran éxito de la temporada en Netflix
Quién le iba a decir a Joan Ferrer que la empresa que fundó hace 60 años en La Garriga, a 35 kilómetros de Barcelona, iba a ser noticia en todo el mundo gracias a la tormenta perfecta creada por una pandemia, con confinamiento incluido, y una serie de Netflix que vieron más de 62 millones de espectadores en su primer mes de emisión. Esto es lo que le ha sucedido a Rechapados Ferrer, una compañía familiar con catorce trabajadores que se ha visto desbordada después de que los tableros que ellos fabrican aparecieran en manos de Beth Harmon, la protagonista de Gambito de Dama, la serie que cuenta la historia de una niña huérfana que resulta ser un prodigio del ajedrez.
«Hace muchos años que somos fabricantes número uno de tableros de calidad. De hecho hacemos los que se usan en los campeonatos mundiales, que son de madera con las fichas con mira electrónica donde quedan registradas las jugadas y puedes competir online», cuenta David Ferrer, el gerente de una empresa que ya va por la tercera generación.
«Pero el caos y la locura ha llegado a raíz de la serie. Con el coronavirus la gente se quedó en casa y los juegos de mesa tuvieron más demanda. A la vez aumentó el consumo de plataformas tipo Netflix. Gambito de Dama une los dos conceptos. Y al juntarse se ha desmadrado todo. Ahora estamos terminando de organizar este caos de pedidos», explica al otro lado del teléfono.
Los números son impresionantes y dejan claro que el boom ha sido brutal. El año pasado, Rechapados Ferrer manufacturó 22.000 tableros y en sólo tres meses de 2021 ya les han solicitado alrededor de 40.000, así que si alguien quiere ahora hacer un pedido ya sabe que tendrá que esperar hasta 2022. «Ha sido una avalancha tal que hemos dicho a nuestros clientes que les fabricaremos una cantidad parecida a las de 2020 y después les haremos el resto. Hemos tenido que limitar nuestra producción», confirma.
Antes de todo esto, el tiempo que pasaba desde la recepción del pedido hasta que estaba listo para su envío eran unas ocho semanas, pero David reconoce que a día de hoy estos plazos son imposibles de cumplir. «Estamos desbordados», asume. Desbordados y sorprendidos de ver el nombre de la empresa que fue de su abuelo en cualquier rincón del planeta. «Al ser algo muy artesanal nos han cogido mucho cariño y nos llaman cada día de sitios diferentes. Mi hermano vive en la India y en los diarios de allí ha visto la noticia. Mi hermana está en Sidney y me dice que salíamos también en la Prensa de allí», explica el gerente de la compañía más de moda ahora mismo.
Su catálogo de tableros es enorme, con multitud de acabados, de colores, de dimensiones... El cliente puede personalizarlo a su gusto, aunque seguramente el más solicitado es el que sale en la serie. «A medida que la protagonista va evolucionando y juega torneos más importantes van apareciendo tableros de más calidad y ahí es donde se ven los nuestros. Uno muy concreto es el del torneo final que juega en Rusia. Es de color negro con un cuadro de color raíz y marquetería roja y amarilla. Y ese es el tablero nuestro que todo el mundo quiere ahora», confiesa.
Resulta que lo empezaron a hacer mucho tiempo atrás y casi en exclusiva para un distribuidor alemán. «Fue el primero al que comenzamos a exportar. Lo hacíamos para él con un diseño muy concreto. Y ahora la demanda se ha disparado y me lo pide mucha gente». No desea David hablar de precios porque son mayoristas y depende de varios factores: la madera, el modelo, el tamaño y el acabado, pero pueden ir desde los 60 a más de 300 euros y el secreto está «en mimar el detalle de los procesos de fabricación».
Todo tiene un comienzo y, como suele suceder en estos casos, el origen es de lo más casual. «La Garriga es una zona industrial muy famosa por el tema del mueble. La gente, cuando se casaba, venía aquí a comprar los muebles. Había más de cincuenta empresas, ahora ya quedan pocas», rememora David. Rechapados Ferrer empezó dando servicio a la industria del mueble y la decoración de gama alta y un día arrancaron con lo de los tableros. «Había un distribuidor de juegos de mesa que compraba en China tableros de plástico. Empezó a fabricar unas fichas de madera de una categoría buena. Y esas fichas con un tablero de plástico no pegaban. Por casualidad un familiar de mi abuelo les puso en contacto para hacer unos tableros de madera. Se pusieron a trabajar y vieron que eran bonitos. Con el boca a boca de la gente fue creciendo la cosa y ahora tenemos un nombre importante en este sector».
Venden sus productos en todo el mundo, desde Japón a Nueva Zelanda pasando por Italia, Francia o Estados Unidos. Ya habían fabricado tableros para otras películas, e incluso alguna serie limitada para un aniversario de la Reina de Inglaterra, aunque no con esta repercusión tan brutal.
Hace poco llamó un señor de Estados Unidos interesado en comprar. Y cuando le dijeron qué distribuidor de su zona podía tenerlos él respondió que no, que quería recibirlos de ellos directamente. «No quieren un tablero normal, quieren el nuestro», cierra David, que es jugador aficionado. «El ajedrez, en cuanto sabes mover las fichas, te engancha y entiendo la locura al ver la serie. Parecía algo de gente mayor y para intelectuales, pero se ha puesto de moda».
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