Elecciones AFE

David Aganzo, de campeón del mundo a presidente

Fue uno de los privilegiados que ganaron el mundial sub 20 y ahora pelea por repetir al mando de la AFE

David Aganzo
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«Si la AFE no es independiente, yo me voy», fue la advertencia que hizo José Antonio Camacho a David Aganzo cuando le llamó para que fuera en su candidatura a la presidencia de la AFE. «Y todos sabemos que Camacho cumple siempre su palabra», dice David, convencido de que la independencia es el principal valor del sindicato.

Aganzo fue uno de los elegidos que ganaron el primer campeonato del Mundo para España. Era el más joven de aquella selección liderada por Xavi y en la que Casillas se turnaba en la portería con Aranzubia en el Mundial sub 20 de Nigeria en 1999. Era suplente, los goles eran cosa de Gabri y de Pablo Couñago. No se imaginaba entonces que acabaría siendo el presidente de los futbolistas después de una extensa carrera en la que vivió de todo. Incluidos los impagos, que él sufrió en el Rayo, una de las principales preocupaciones del sindicato porque no todos los futbolistas son millonarios. Y menos, los que los sufren.

Llegó a la presidencia de la AFE con el objetivo de mejorar la vida de las futbolistas en general y de los futbolistas de Segunda B y Tercera División. Y en eso sigue. «Conseguir la igualdad para el fútbol femenino es una carrera de fondo, pero hemos dado pasos muy importantes. El primero fue firmar el Convenio Colectivo que regula la jornada laboral, establece un salario mínimo, protege la maternidad, regula los periodos vacacionales, protocolo contra la violencia, incapacidades. Pero ya lo hemos denunciado porque hay muchas cosas que mejorar y porque no habrá fútbol profesional femenino si no se firma este nuevo Convenio», explica Aganzo.

El nuevo paso que quiere dar Aganzo si es reelegido es crear la figura de un delegado internacional. «AFE debe ser un sindicato activo, cercano y moderno. Queremos añadir la figura del delegado internacional ante la gran cantidad de futbolistas españoles que trabajan en el extranjero», afirma. Una realidad que ya no es una novedad y por la que él también pasó. Jugó en Israel, en el Beitar de Jerusalén, y en el Aris de Salónica griego.

Aganzo llegó a la presidencia designado como su heredero por Luis Rubiales, pero desde entonces los desencuentros han sido constantes. El sindicato ha dejado de recibir incluso la taquilla de uno de los partidos de la selección que cada año se destinaba a la AFE. Normalmente era un amistoso contra una selección potente y los jugadores han dejado de recibirlo precisamente desde que el presidente de la Federación es un expresidente de la AFE. «Debe recuperarse de una manera u otra. Si no es a través de un encuentro amistoso por la saturación de partidos, debe serlo con una subvención de la RFEF. Desde la RFEF se está privando de esa ayuda a los más modestos. Y lucharemos por recuperarlo», advierte Aganzo.

Enfrente tiene a otro exjugador, Gaizka Toquero, al que acusa de ser una candidatura promovida por la Federación. «Como sindicato sería un arma poderosa para utilizar en la evidente guerra en que está inmerso el fútbol español en estos momentos. Son razones muy poderosas para intentar controlar AFE, por eso insisto en la necesidad de mantener un sindicato independiente ante una amenaza real y palpable», asegura.

Desde la candidatura de Toquero acusan a Aganzo de haber plagiado parte del programa. «Supongo que son cosas de la campaña, como que te persiga un detective privado o que se amenace a afiliados para conseguir el voto», dice.