Inglaterra gana a Alemania (2-0) y da un paso de gigante

Inglaterra ya se siente fuerte. Ganó a Alemania, a la que no ganaba en las fases finales desde la mítica final de 1966 y con goles de Sterling y, por fin, de Kane, se deshizo de un complejo y se plantó en cuartos con la convicción defensiva confirmada, con el ego por las nubes y con un par de dudas resueltas. Antes era una de las favoritos, ahora y con el cruce que tiene en cuartos, aumentan sus posibilidades aún.

La primera duda que ha resuelto es Kane, que era el futbolista del que más se estaba hablando en Inglaterra por su pobre Eurocopa. Tampoco hizo un partido espectacular contra Alemania, pero estuvo cuando tuvo que estar, para participar en el primer tanto y para rematar el segundo, el que tumbaba a un rival que necesita mirarse al espejo y preguntarse qué quiere ser. Ya hace tiempo que abandonó el estilo de equipo de garra y pelotazos al área, pero también ha dejado atrás o no termina de adaptarse esta generación al estilo de fútbol de toque. Low se despide de una selección que tiene más futuro que presente.

La segunda duda que resolvió Inglaterra fue Grealish, la joven sensación de la Premier, cuya salida en el segundo tiempo empujó a los suyos a por la victoria con la determinación que no habían tenido antes. Es un jugador distinto y da cosas distintas a su equipo. Southgate da vueltas a los de arriba partido tras partido, pero Grealish va a tener que quedarse con un puesto para hacer más temible a los ingleses. Con las medias bajadas, con un caminar diferente, está en ese punto en el que puede estallar de manera definitiva.