Real Madrid
Rayo Vallecano, 0-Real Madrid, 1: hasta que Benzema y Vinicius se encontraron...
El líder saca adelante un partido muy duro en Vallecas gracias a una brillante combinación de sus dos delanteros cerca del final
Benzema y Vinicius no estaban para nada en Vallecas, desafinados, con muy poco balón y en el caso del brasileño, hasta extrañamente fuera del partido, él cuya mayor virtud es la insistencia. Los estaba echando de menos el Madrid, porque no encontraba el camino hacia el gol desde que se le fueron las fuerzas a Marco Asensio. El atacante por la derecha había hecho una gran primera parte, protagonizando todas las jugadas de gol, dando un papel estelar a Luca Zidane y equilibrando el partido sin luz de los otros dos delanteros. Pero no pudo más, Ancelotti le quitó en el cambio habitual por Rodrygo y dejó en el campo a Vini y a Karim, aunque puede que visto el encuentro, hasta ese momento, no fuese lo justo. Fue lo que salió bien, sin embargo. Rodrygo empezó la jugada en el área del Rayo, cuando el tiempo apremiaba y la angustia empezaba a aflorar y entre Benzema, Vinicius y por fin Benzema, la solucionaron. Era una final, dijo Ancelotti antes del choque y se salvó. Un partido menos.
Porque, aunque estamos en febrero, el Madrid está en un punto en el que empieza a descontar fechas del calendario. Los partidos le cuestan cada vez y cuando no consigue cambiar el resultado en sus minutos de entusiasmo, se le ciega la vista después y todo son montañas. Si la tónica habitual suele ser que en la primera parte sestea y en la segunda se enchufa, en Vallecas fue al revés. Fue mejor antes del descanso, empujado por Asensio y le costó mucho más después, cuando le faltaron ocasiones. Fue cuando marcó, porque el fútbol es así y ganó el partido para seguir agarrado a la primera plaza y darse motivos para pensar que va a poder con el PSG en la vuelta de la Champions.
Luca Zidane tuvo trabajo antes del descanso y lo solventó con sobriedad, lo que no pudo mostrar en el Madrid, porque tiene un apellido que pesa como una institución y porque puede que el paso de los años le haya otorgado madurez. Casi todos sus duelos fueron con Asensio, muy vivo. Al delantero se le acusa de pasar inadvertido muchos minutos, como si cuidase su cañón. Contra el Rayo, fue al revés: no consiguió armar la pierna para lucir su disparo, pero estuvo en todos lados en ataque, ofreciéndose al pie y también al desmarque. Quiso el Madrid decidir el partido cuanto antes, quitarse este problema rápidamente, pero no tuvo el acierto suficiente.
El Rayo no recibió un gol y se vio con vida. El equipo de Iraola es valiente y fue a por el Madrid sin miedo. El partido se puso fuerte, con muchos choques y con muchos despistes del equipo de Ancelotti atrás, dubitativo para despejar y con un Casemiro muy fallón. No está el brasileño en su mejor año y aunque ha tenido buenas actuaciones, en general se equivoca más que acierta. Tras una dura entrada, no acabó el partido y Ancelotti probó con el centro del campo que va a jugar frente al PSG: Kroos como medio centro, Modric a un lado y en el otro la vitalidad de Valverde, que puede que sea lo que necesita el Madrid.
El uruguayo da otro ritmo al equipo y aunque es menos fino, cambia el ambiente. Cuando salió, el Madrid no lo tenía nada claro. No generaba nada y Courtois ya había sacado su duende para salvar los remates de Sergi Guardiola. El Rayo es un equipo con una idea principal: no hay mejor atajo que ser vertical y la cháchara del toque es perder el tiempo. Guardiola lo remató todo, pero casi nunca atinó a la portería. Álvaro García atacaba por el extremo y Bebé ponía empuje y seriedad atrás. Lo vio cerca el conjunto de Vallecas, porque si el choque hubiese sido a puntos, como en el boxeo, no habría quedado por detrás del Madrid.
Pero los partidos se deciden en instantes, en que se encienda la luz que está apagada, que conecten Vini y Karim, los goleadores blancos de una temporada en la que no quieren dejar escapar LaLiga.
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