Atletismo
Wayde van Niekerk, el regreso del “sucesor” de Bolt
El surafricano, el hombre que batió el récord de Michael Johnson en 400 y ganó el oro en los Juegos de Río, ha dejado atrás cinco años de pesadilla por las lesiones
El 14 de agosto de 2016 casi todo el mundo en el Estadio Nilton Santos de Río de Janeiro estaba esperando a que llegara la final de los 100 metros masculinos para que Usain Bolt se coronara con su tercer oro olímpico consecutivo en la distancia. Pero en esa espera, lo nunca visto: en los 400 metros alguien volaba sin apenas perder velocidad en el tramo final. Era Wayde van Niekerk. No sorprendió que ganara aquellos Juegos, por mucho que estuviera en la calle 8, sin referencias; total, era el campeón del mundo, ya lo había hecho antes, pero el crono lo detuvo en 43,03, por lo que el surafricano no es que hubiera batido a sus rivales, es que derribó un récord del mundo que databa de 1999 y que poseía una leyenda como Michael Johnson. El estadounidense, retirado, comentaba la hazaña, entre la sorpresa y la admiración, para la BBC.
Y Bolt, tiempo después, señalaría a Van Niekerk como la nueva super estrella de su deporte, como su sucesor. Wayde fue el primer hombre capaz de bajar de 10 segundos en los 100, de 20 en los 200 y de 44 en los 400 (ahora también lo han logrado los estadounidenses Michael Norman y Fred Kerley, el nuevo rey de los 100). En el Mundial de Londres de 2017 el surafricano retuvo su título en la vuelta entera a la pista, aunque en el doble hectómetro se quedó con la plata.
Rotura del cruzado anterior
Y entonces, el drama. Unas semanas después de ese título en la capital de Inglaterra, disputando un partido benéfico de rugby, su otra pasión, que también practicó de pequeño porque ese deporte es una locura en su país, hizo crack: se rompió el cruzado y el menisco de la rodilla derecha. Es una lesión grave que no se suele dar en atletas, porque no tienen que girar la pierna. La recuperación ha sido una pesadilla: más de dos años para volver, después llegó la pandemia, cogió covid y en 2021 también tuvo pequeñas molestias que le impidieron llegar a Tokio en condiciones de defender su oro: cayó en las semifinales.
Supera su serie en Eugene sin sufrir
También ha tenido en 2022 problemas físicos, pero en su última carrera antes de Eugene, el único 400 que ha hecho este año, dejó buenas sensaciones: 44,58, en Atlanta, frenando en la última recta. «En el pasado, hacía locuras y trataba de romper todos los récords. Quería dañar a todos, pero resultó que me hice yo más daño que a mis rivales», aseguró en una entrevista en «Independent Media». Está contento con su estado de forma y en la series en el Mundial no tuvo problemas: un acelerón para empezar y después, a guardar energía, con todo controlado. Ahora tiene 30 años y mucha fe en volver a ser el de antes e incluso en disputar dos Juegos más. En Eugene no está el campeón de Tokio, el bahameño Steven Gardiner, por lesión; y tampoco el medallista de plata, el colombiano Anthony Zambrano, pero la competencia es feroz con los estadounidenses Michael Norman y Champion Allison, los dos con marcas por debajo de 44 segundos, y el granadino Kirani James, bronce en los Juegos.
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