Nuevos inversores
Alonso, el "pelotazo" de Aston Martin
El rendimiento del bicampeón del mundo ha hecho que suban las acciones de la escudería y se espera que aumenten todavía más
A Alonso se le esperaba después de los entrenamientos libres y de lo mostrado en Baréin. Es una de las facetas en las que el asturiano ha impactado en Aston Martin, pero no es la única. Porque, ¿qué pueden aportar pilotos excepcionales como Verstappen, Hamilton o Alonso más allá de lo que hagan con el volante en sus manos? ¿Por qué perciben sueldos que pueden superar los 100.000 euros al día?
La diferencia entre los más grandes y los demás es su velocidad, su capacidad para sacar dos o tres décimas a un coche que debería ser más lento, su consistencia… en resumen, su capacidad de extraer de un monoplaza algo que va mucho más allá y que, en condiciones normales, requeriría mucha más inversión. Eso hace que los inversores y los patrocinadores se acerquen para generar más negocio y más beneficios. Ese es el proceso que ahora está viviendo Aston Martin.
En 2021, el multimillonario canadiense Lawrence Stroll adquirió un importante paquete de acciones de la escudería, una marca de súper deportivos que no atravesaba su mejor momento. No compró barato, pero lo cierto es que meses después las acciones subieron. De 1.800 peniques llegaron a alcanzar los 2.200. La razón de este incremento fue el fichaje de Tobias Moers, el hasta entonces responsable de AMG, la rama encargada de la competición de Mercedes y la filial que desarrolla los deportivos de la marca alemana. Aquel movimiento de Stroll desató los rumores sobre una posible entrada de Mercedes Benz en la compañía y aquello generó un «boom» que se tradujo en una subida del precio de las acciones. Pero aquello se diluyó y el efecto quedó casi en nada. Los rumores apuntaron a una inversión de Toto Wolff (jefe de equipo de Mercedes en la F-1) ante la posibilidad de que el fabricante alemán se retirara de la categoría reina. Pero tampoco hubo consecuencias positivas.
El fichaje de Alonso y de todos los ingenieros que se fueron de Red Bull a Aston Martin provocó turbulencias en el accionariado de la marca británica. Stroll amplió su participación en diciembre pasando de un 19 por ciento a un 28,29. Quería frenar el avance del grupo chino Geely, dueño de compañías como Volvo o Polestar, que hasta el momento se conforma con un 7 por ciento. Lo curioso es que con estos movimientos otros como el fondo de inversión de la familia real de Arabia Saudí y Mercedes Benz se hicieron con el 16 y el 9,7 respectivamente.
Es decir, la llegada de Alonso y el avance del equipo de F-1 ha atraído nuevos inversores. Las acciones están ahora bajas, con lo cual es buen momento para comprar antes de que los resultados mejoren aun más. Ahora están a unos 250 peniques y hay que recordar que la compañía, a pesar de que está inmersa en un proceso de electrificación, está dentro de la «excepción Ferrari», la que permite que estos fabricantes no estén obligados a dejar de hacer coches con motores de combustión, ya que su producción es inferior al número exigido por la UE. Las acciones siguen subiendo, aunque no sea al ritmo trepidante que marca Alonso y pese a que sigan lejos del valor deseado.
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