Bienvenido, Calderón

José Manuel Calderón siempre ha vivido a la sombra de Navarro y Pau Gasol. Sin las dos indiscutibles referencias de la Selección, el base de los Mavericks debía dar en Eslovenia varios pasos al frente. Ayer dio el primero. Más vale tarde que nunca. Así se lo había pedido Juan Orenga. Hay varios sistemas pensados exclusivamente para él y muchos de los tiros que realizaba Navarro están ahora en su muñeca. Con toda esa responsabilidad, «Calde» ha tardado en alzar la voz. Hasta el partido ante Finlandia, sólo había tenido apariciones esporádicas y en muchos de los minutos críticos que ha tenido el equipo –ante Grecia y Eslovenia– estuvo extrañamente en el banquillo. Él, Marc y Rudy tienen que ser las referencias ofensivas y ante los nórdicos, Calderón demostró que está más que capacitado para ser protagonista. El primer partido que España tenía que ganar o ganar se resolvió sin problemas. Tampoco cabía esperar demasiadas dificultades pese al más que meritorio torneo de los finlandeses. Sus victorias ante Grecia, Turquía y Rusia en la primera fase les convirtieron en la sensación del torneo. La realidad de la segunda ronda –apalizados por Croacia y España– ha despertado de su sueño a un equipo que vive y muere desde su tiro exterior.

Calderón fue el encargado de responder a los fuegos artificiales de Koponen en el primer cuarto. Cuando la referencia de Finlandia quedó controlada, el equipo se rindió. Y España, sin brillantez, empezó a aumentar diferencias hasta vivir muy tranquila después del descanso. El grupo agradeció un partido así antes de la primera cita definitiva de verdad. El duelo ante Italia son unos octavos de final. Si gana España, la posibilidad más real es que termina como segunda de grupo. En caso de derrota, habría que empezar a echar cuentas y depender de lo que hagan terceros.

Lo mejor ante Finlandia fue que el partido de Claver ante Grecia no fue un espejismo. El ala-pívot parece que va creciendo a medida que avanza el torneo. Está ganando confianza en el puesto en el que más dudas tenía el seleccionador. El jugador de los Blazers ya no se va de los partidos cuando comete un par de errores. Es capaz de ayudar mucho en el rebote y el salto de calidad que demandaba el cuerpo técnico parece más cerca de producirse. Por encima de él estuvo Calderón. El extremeño es un jugador desconcertante. Tan pronto tiene apariciones estelares como se pasa media vida ausente. Por eso cuando es tan constante como ayer resulta un jugador decisivo. Acabó con 23 puntos, anotó cinco de los siete triples que intentó y repartió 5 asistencias. Es la prueba del papel que debe desempeñar desde ahora y hasta el próximo domingo. Si Calderón está a su nivel, Marc Gasol vivirá más cómodo y el resto del equipo jugará con la mochila menos cargada. Sólo así podrá llegar el tercer oro.