China
Estados Unidos, el equipo 10
56. Australia (15+12+11+18): Ebzery (6), Talbot (4), Allen (2), George (0) y Cambage (7) –quinteto titular– O’Hea (2), Madgen (4), Smith (10), Bunton (5), Lavey (3), Whitcomb (3) y Magbegor (6).
73. Estados Unidos (20+15+2612+): Bird (6), Taurasi (13), Stewart 10), Charles (6) y Griner (15) –quinteto titular– Loyd (9), Clarendon (2), Wilson 2(), Delle Donne (2), Ogwumike (4), Plum (2) y Tuck (2).
Árbitros: Conde (Esp), Yu (Tai) y Rosso (Fra). Sin eliminadas.
Incidencias: 5.000 espectadores en el Pabellón Santiago Martín. Partido correspondiente a la final de la Copa del Mundo. La Reina Letizia presidió el encuentro en el palco.
Estados Unidos sigue a otro nivel. Y en baloncesto femenino más. En Tenerife levantaron su décimo título mundial con una superioridad tal que parece que jamás juegan al máximo. Da la impresión que las yanquis ganan cuando y como quieren. Así lo hicieron en la primera fase ante Senegal, China y Letonia, dejándose llevar. Sin forzar alcanzaron los cuartos. Ante Nigeria, otro paseo. Bélgica las hizo sudar y en la final fueron capaces de detener a Cambage para volver a levantar el título.
Desde 2006, Estados Unidos no sabe lo que es perder un partido internacional. En el Mundial de ese año cayeron en semifinales ante Rusia y desde entonces decidieron tomarse las grandes competiciones en serio. Ya son diez años sin sufrir una derrota y lo que queda. No hay selección en el mundo que pueda situarse a su altura. Tienen tal cantidad de talento y de físico que tarde o temprano todos los adversarios terminan levantando la bandera blanca. “Son como el Dream Team del 92 en chicos, para hacernos una idea”, comentaba Lucas Mondelo en LA RAZÓN antes de arrancar el torneo. Quizá suene un tanto exagerado, pero tienen media docena de jugadoras únicas: las legendarias Bird y Taurasi junto a Stewart, Charles, Griner y Delle Donne son un exceso para cualquiera.
Australia lo comprobó desde el principio. En apenas cuatro minutos, las estadounidenses ya habían despegado. Fue un toque de atención por si el verdugo de España soñaba con poder ir más allá de la plata. Del tambaleo inicial, las “Opals” lograron mantenerse en pie. Y no lo hicieron porque Cambage estuviera en su papel habitual. Las USA son la única selección que se puede permitir hacer daño a la gigante “aussie” con fundamento. Griner es la única jugadora del mundo capaz de frenarla en un duelo individual. Si además cuenta con la ayuda de Stewart, Charles y Delle Donne... Cambage se quedó en dos puntos en el primer cuarto. Sólo fue capaz de sumar otros dos en el segundo y entró en los minutos finales con unos números desconocidos: 5 puntos y un inusual 2/10 en tiros de campo. Australia ya marchaba 23 abajo (38-61).
Las australianas, como cualquier otra selección que hubiera alcanzado la final, llegaban con el campeonato ya hecho. Fueron la selección más sólida hasta cuartos. Y en semifinales se deshicieron de España gracias al monumental partido de Cambage. Era mucho pedir que sólo 24 horas después de haber tumbado al inasequible equipo de Mondelo fueran capaces de molestar mucho a Estados Unidos. Se llevaron la plata después de un repaso de 30 puntos. Estados Unidos sigue mandando.
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