Copa del Rey de Baloncesto
Marko Popovic: «Tengo miedo de dejar el baloncesto»
Escolta del Fuenlabrada
Su abuela, su padre, sus primos, nacido en Zadar... Popovic tenía que ser jugador de baloncesto. «Una de las cosas más lindas de mi carrera es haberlo conocido y haberlo tenido como jugador», dice el «Che» García del alma del Montakit Fuenlabrada.
–Si llega a decir que quiere ser futbolista...
–(risas) Es difícil empezar con otro deporte en Zadar para todos los niños y yo tenía más razones que el resto. Con tres meses ya me llevaban a ver a mi padre a los pabellones.
–¿Qué es para usted Fuenlabrada?
–Es una ciudad humilde en la que estoy como en casa. Es mi tercera temporada aquí y estoy a gusto porque podía haber salido este verano. Mi pasión es el baloncesto y quiero seguir jugando. Vivo para jugar y algunos juegan para vivir.
–¿Se disfruta más del baloncesto con 35 años?
–Sí. Te cuesta más entrenar, pero la lectura de juego es de alto nivel. Piensas más como entrenador. Con el físico de 25 años y la cabeza de ahora no sé si estaría en Barcelona, Real Madrid, CSKA o Panathinaikos, pero no cambiaría nada de mi carrera. Soy una persona hecha y muy madura gracias al baloncesto.
–Y eso que su familia ya no está en Fuenlabrada...
–Mi mujer y mis niños están en Croacia. El niño ha empezado el colegio y quiero que se socialice en mi país. Estoy sufriendo un poco. Menos mal que estamos haciendo una buena temporada y eso ayuda mucho.
–¿También ha ayudado el nuevo entrenador?
–Sí, porque es muy abierto, sincero y se comunica muy bien con los jugadores. Pregunta qué te pasa y no sólo del baloncesto, se entera de todo... Te da su corazón y hay que respetarlo. Aporta carisma, hace bromas... a veces venimos y si no nos sentimos bien nos manda para casa y no hacemos el entrenamiento. Nos aporta mucho.
–¿Esperaba que el equipo estuviera así?
–Siempre te preparas para ganar, pero nunca pensé que ganásemos tanto. Tenemos un equipo para competir y eso lo demuestra que teniendo un basket-average negativo llevemos doce victorias. Hemos ganado muchos partidos por poca diferencia. Tenemos carácter.
–Su técnico dice que será un gran entrenador.
–Tengo miedo de dejar el baloncesto. No sé si me va a llenar hacer algo diferente. Ser entrenador es más difícil que ser jugador. Hay que buscar química, poner a doce tíos en la misma dirección y eso es lo que hemos hecho nosotros hasta ahora. Hay que ser psicólogo, entrenador, padre, hermano...
–¿Ha preguntado a algún compañero qué se siente una vez retirado?
–Sí, el otro día pregunté a Jaka Lakovic (ayudante en Bilbao) y me dijo: «Juega hasta que puedas». Antes de fichar aquí vi a Obradovic y me dijo: «Toma la pastilla para el dolor, pero juega hasta el último día». Mis padres me dicen lo mismo. Hay que creerles, lo saben mejor que yo.
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