Rajoy recibe a las campeonas de Europa de baloncesto

Lucas Mondelo, el seleccionador campeón de Europa, confiesa estar en «estado de «shock» y define a sus jugadoras

Lucas Mondelo (28-7-1967, Barcelona) se arrancó por Julio Iglesias y Frank Sinatra en la conferencia de prensa posterior a la victoria ante Francia mientras sus jugadoras coreaban una canción de Ska-P en los vestuarios del O2 de Praga. En la celebración posterior no hubo karaoke, sí caipirinhas, «aunque no muchas, porque hoy –ayer para el lector– teníamos todo el tema éste de las recepciones». El técnico es un caso único. Llegó en mayo de 2012 a la Selección absoluta después de dirigir en categorías inferiores, y en los últimos cinco años acumula otras tantas medallas (dos oros europeos, dos platas en Juegos y Mundial y un bronce continental). Este año se ha convertido en el primer técnico de la historia que gana la Euroliga –lo hizo con el Dynamo Kursk– y el Eurobasket. No ha habido vacaciones más merecidas: «No voy a tener muchas. Estoy en shock, pasaré unos días con mi mujer, Mercedes, y con mis padres y luego iré haciendo cosas salteadas para la Federación. Iré unos días de apoyo para las entrenadoras y jugadoras de categorías inferiores, daré algunas charlas, iré al Curso Nacional de Entrenadores, una semana me escaparé, otra trabajaré, una libre, otra trabajando... así hasta el 19 de agosto que volveré a Rusia para la pretemporada». Pero hay más. «Arreglaré papeles para ver si me puedo casar», afirma. ¿Por lo civil o por lo «criminal»? «Lo haré por el juzgado, por el juzgado, aunque siempre he sido un poco criminal. Llevamos ya mucho tiempo juntos, tres años. Mercedes ha vivido conmigo en China, en Rusia y ahora lo que vamos a hacer es normalizar la situación porque con tanto viaje no ha habido momento de hacerlo oficial y ahora esperamos tener todos los papeles para hacerlo».

El seleccionador que lo ha ganado todo recuerda cuando no era así: «Fue hace años, pero me acuerdo. Creo que la última fue en 2008, porque ya en 2009 ganamos la plata en el Mundial sub’19 con cuatro de las jugadoras que ahora están en la absoluta. Fue en el Mundial de Tailandia con Xargay, Leonor... Ahí empezaron mis finales con las estadounidenses y mira que no hay manera de ganarlas. Hacemos lo que podemos, lo que pasa es que en ese torneo las ganamos en la primera fase porque metimos doce triples, sólo doce. En la final nos esperaban con ganas, pero no nos sacaron del campo. Ahí empezó la historia. Y que pasen otros diez años para volver a saber qué se siente por no ganar nada». Además de ganar, también es importante el cómo. «Lo venía comentando con Nicky –Laura Nicholls– y decíamos que ahora ganamos ya como los chicos. La diferencia es que nosotros en la primera fase estuvimos bien. A cualquiera que le digas que esto es muy difícil pensará que soy un llorón, pero es que en los cruces la defensa ha sido tremenda. Hemos logrado que Bélgica o Francia parezcan malas selecciones».

¿Y cuál es el truco? «Las jugadoras han sido en sus generaciones las mejores. Tienen talento y capacidad para leer el juego. Lo que hacemos los técnicos es potenciar ese talento. Entre el cuerpo técnico, la dirección de partido, el talento y el trabajo de las jugadoras sale lo que ha salido. El lobo no es nadie sin la manada y la manada no es nadie sin el lobo», asegura. Y presume de los que le rodean: «Son todos indispensables. Isa Sánchez es nuestro caballo de Troya y nos dice qué ha salido bien y qué mal en los partidos. César Rupérez analiza el ataque del rival y Víctor Lapeña, su defensa. Sin ellos no habría oro».