Real Madrid Baloncesto

Un clásico muy mejorable

El Barça propició la primera derrota del Real Madrid en un partido en el que su mérito fue acumular menos errores que los blancos. En los de Laso sólo Doncic estuvo cerca de su nivel.

Felipe Reyes supera la defensa de Seraphin para anotar dos de sus ocho puntos
Felipe Reyes supera la defensa de Seraphin para anotar dos de sus ocho puntoslarazon

El Barça propició la primera derrota del Real Madrid en un partido en el que su mérito fue acumular menos errores que los blancos. En los de Laso sólo Doncic estuvo cerca de su nivel.

El calendario regaló el primer clásico de la temporada menos de dos meses después de que todo comenzase y con dos equipos con el cartel de obras colocado todavía en el vestuario. Lesiones, bajas, fichajes de última hora, partidos, más partidos y más partidos sin tregua... Hay multitud de factores que dejan a Real Madrid y Barcelona a estas alturas del curso lejísimos de lo que pueden ser. El Barça se sobrepuso mejor a todos los condicionantes, cometió menos errores en los instantes finales y se apuntó el primer clásico de una serie que podría extenderse hasta los 15 partidos entre Liga Endesa, Copa y Euroliga.

Muchos baches

El Madrid llegaba invicto al clásico después de siete victorias, pero los resultados no reflejan el trayecto bacheado que ha tenido que sufrir hasta ahora. El último en caer ha sido Ayón y sin el pívot mexicano han llegado dos derrotas seguidas (Maccabi y Barcelona). La llegada de Tavares no podía solucionar nada de forma inmediata. El caboverdiano de 2,21 (4 puntos, 4 rebotes y dos pérdidas en algo más de 13 minutos) se estrenó a falta de 2:08 para el final del primer cuarto. Se le notó perdido, como no podía ser de otra manera. Seraphin y Tomic fueron las mejores armas del Barça en los dos primeros cuartos (20 puntos entre ambos) y el nuevo gigante blanco muy poco pudo hacer para contrarrestar a las torres barcelonistas. El antídoto que planteó el Madrid es el más habitual en lo que va de temporada: Doncic-Campazzo. El argentino y el esloveno se entienden a las mil maravillas y son un factor desequilibrante cuando entran en ebullición a la vez. El problema es que a medida que pasan las semanas cada vez lo hacen con menos frecuencia y rara vez coinciden. Cuando lo hicieron, el Madrid tomó impulso para alcanzar el descanso equilibrado, pero...

Doncic huérfano

... Doncic sigue haciendo números con una facilidad pasmosa. Ayer fueron 20 puntos, 10 rebotes y 2 robos, pero ya no controla los partidos como llegó a hacer sobre todo en el arranque de la Euroliga. Los rivales parecen pensar aquello de que «Doncic sume todo lo que quiera, que lo que nos interesa es que el resto no se haga notar demasiado». Y el problema de Laso es que casi nadie se hace notar. Rudy, Reyes y Causeur ofrecen destellos, pero carecen de la continuidad necesaria. Sus fogonazos sirvieron para poco más que poner varios interrogantes hasta el final.

Trío interior azulgrana

Y si el Madrid tuvo posibilidad de ganar fue porque el actual Barça tampoco está para presumir. Y eso que en el clásico hubo jugadores que aparecieron por primera vez esta temporada. Fue el caso de Sanders. El alero fue vital en el último cuarto y castigó la defensa en el poste bajo de Doncic. Navarro dejó en el último parcial detalles de que puede ser útil todavía, pero los de Sito Alonso se apoyaron sobre todo en sus tres hombres grandes. Al aporte ofensivo de Tomic y Seraphin, dos que aportan mucho delante y poco detrás, se sumó el mejor partido de la temporada de Moerman. El anónimo ala-pívot francés se destapó con 19 puntos y 5 rebotes que desangraron al juego interior del Madrid. Ahí destacó el desenfoque de Randolph. Su hoja de servicios apuntó un indecente 1/11 en el tiro. Para terminar de arreglarlo y cuando el Madrid disponía de una posesión con 9.8 segundos por delante para forzar la prórroga, Rudy y él no se entendieron y terminaron por regalar el clásico al Barça. «Nuestra victoria tiene mucho mérito», apuntó Sito Alonso en un claro reflejo de que su equipo sigue en formación. Laso fue más generalista: «En partidos tan igualados, los pequeños detalles son decisivos y el Barcelona es un gran equipo». El primer clásico estuvo lejos de lo que debe ser un clásico.