F. C. Barcelona
El Barça gana sin jugar a nada (1-0)
Un penalti marcado por Messi, que después falló otro, permiten al líder volver a ganar. Los de Valverde no tuvieron ni fútbol ni puntería.
Un penalti marcado por Messi, que después falló otro, permiten al líder volver a ganar. Los de Valverde no tuvieron ni fútbol ni puntería.
El Barcelona volvió a sumar tres puntos tras dos empates consecutivos en LaLiga, pero no se le quedó buen cuerpo ante el Valladolid. Aparte de ganar, necesitaba jugar bien, recuperar sensaciones y cargarse de moral y de convicción ante lo que le espera ahora, pero de nuevo volvió a dar la espalda al fútbol. Sin juego, irreconocible, errático y fallón en el pase y en el remate, se las apañó para vencer al equipo de Sergio con un gol de penalti y la buena labor de Piqué. Fue muy pobre el triunfo para un equipo que a partir de ahora tiene unas semanas sin tregua: llega el Olympique de Lyon en la Liga de Campeones, el Real Madrid en la Copa del Rey y el Sevilla y de nuevo el eterno rival en el campeonato doméstico. Tendrá que hacer mucho más de lo que mostró ayer para superar tantas curvas.
Quizá el motivo de la pobre actuación fue esa: pensar en lo que viene. El caso es que el conjunto de Valverde no hilvanaba una jugada de mérito. Tampoco lograba asustar el Valladolid, por lo que la primera parte se convirtió en un ejercicio insípido en el que los porteros eran invisibles. Lo intentaba Aleñá, pero sin éxito. Apenas una arrancada de Messi permitió a Dembélé aparecer. La dependencia del «10» volvió a ser notable: con él se intuía peligro, pero también Leo estuvo perezoso a tramos, lento para abandonar la posición de fuera de juego: lo hacía paseando. Estaba muy rodeado el argentino cuando tocaba la pelota, y perdió demasiadas. Incluso se equivocó de forma clamorosa en un pase que a punto estuvo de costarle un disgusto a su equipo, porque la contra del Valladolid fue clara. La desaprovechó y Ter Stegen fue listo, pidió rápido el balón y el Barcelona hizo la contra de la contra. Pilló descolocado al rival y la acción acabó en penalti a Piqué, que se había incorporado desde atrás. No fue la primera ni la última vez que lo hizo. El central es el único jugador de LaLiga que ha disputado todos los minutos del campeonato, pero está en una forma espectacular. Poco después de la pena máxima, que marcó Messi, Gerard salvó el empate con un despeje acrobático, tocando el esférico lo suficiente con la espinilla para que no llegara a Enes Unal. El duelo se movía entre un equipo que no podía y otro al que le faltaban recursos.
No mejoró el Barcelona en el segundo tiempo. Nunca tuvo el partido atado, controlado, con el oponente corriendo de lado a lado persiguiendo la pelota, detrás de fantasmas. Al revés. El encuentro estaba abierto, golpe en un lado, golpe en el otro. No es lo ideal para el conjunto azulgrana, no es lo que busca, pero normalmente tampoco es un panorama malo para él, por la calidad de sus futbolistas. Ayer ni por esas. Esta vez las ocasiones las tuvo, pero no las aprovechó. Parte de culpa la tuvo Masip, en el partido que suponía el regreso a casa. Amargó la noche el ex azulgrana al propio Messi, que no logró volver a superarle ni con un segundo penalti, y a Luis Suárez, al que tuvo que recurrir Valverde ante la incertidumbre del marcador. También entró Rakitic en la segunda parte. Boateng se estrenó en LaLiga sin mucha fortuna.
Fue enorme la actuación del guardameta, y a veces eran hasta ridículas las opciones desperdiciadas por el Barcelona: el balón se le quedaba atrás a Luis Suárez, el pase fácil iba al contrario, el mano a mano de Boateng era fallado de forma torpe, el clásico tiro de Messi que siempre va dentro se iba fuera... Tampoco es que inquietara el Valladolid en exceso, aunque en alguna falta lateral pudo llevar el drama al Camp Nou.
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