Atletismo
«Bruno Hortelano salió de la cama del hospital para estar en el podio de los Juegos de Tokio»
Bruno Hortelano quiere correr, aunque no tiene prisa. Parece una contradicción, pero no...
En la pista busca ser más rápido que nadie, sobre todo dentro de un año, en los Juegos de Tokio, y para ello tiene que dar los pasos adecuados, no precipitarse y solucionar las pequeñas o grandes piedras que se han puesto en su camino. «Bruno salió de la cama del hospital para estar en el podio de Tokio», dice su representante, Alberto Armas. El podio olímpico, palabras mayores en una prueba de velocidad, y más para un corredor blanco, pero sólo mirando tan alto se puede conseguir algo grande. El hospital ya queda lejos para él: en 2016, tras ser campeón de Europa en 200 metros e ir a los Juegos de Río, Hortelano tuvo un accidente de coche que casi le cuesta una mano y mucho más. Se recuperó durante 2017, y 2018 fue el año del regreso a las pistas, de las emociones. Quizá demasiadas. Pero eso pasó. Sólo es un recuerdo, aunque permanezca para siempre en el atleta. 2019 iba a ser su primer año «normal» después de todo eso. Hizo el Camino de Santiago para liberar tensiones. Se relajó y empezó la preparación para Tokio con un año y medio por delante y con el trabajo de toda una vida detrás. En medio estaba el Mundial de Qatar que comienza dentro de un mes. Pero antes llegó un obstáculo: una tendinopatía en el tendón de Aquiles. «Nos perjudicó de cara al verano con la planificación que teníamos. Nos ha hecho retrasarnos, porque al final han sido 5 o 6 semanas de reestructuración del entrenamiento, de no poder hacer todo lo que nos hubiera gustado, aunque dentro de la gravedad, no lo fue mucho», asegura Armas. «La tendinopatía es una inflamación del tendón y tienes que estar pendiente porque en cualquier momento puede volver a aparecer», insiste el agente del velocista.
(Puede leer también aquí la entrevista con Hortelano al principio de la temporada)
Los planes se alteraron sobre la marcha y la consecuencia ha sido que el Mundial, en parte, se tiene que sacrificar. «El objetivo sobre el papel era haber estado en la final de Doha (en los 200 metros) para, de cara a Tokio, tener esa experiencia de estar en una gran final, porque aunque Bruno haya sido campeón de Europa, en las finales de Mundiales o Juegos Olímpicos europeos hay pocos. Pero lo hemos tenido que rehacer», explica Armas. A lo que no faltará Hortelano en el Mundial es al compromiso que hizo con sus compañeros de estar en el relevo 4x400. «Todo lo que está haciendo ahora es para intentar llegar de forma óptima a ese relevo», desvela Alberto Armas. Y la primera vez que va a probarse en la carrera de la vuelta entera a la pista, una de las más agónicas porque es un esprint prolongado, será el domingo en Madrid. Volverá a enfrentarse con su amigo, rival y compañero en el relevo Óscar Husillos. Será uno de los platos fuertes de la espectacular reunión que tendrá lugar en el reconstruido estadio de Vallehermoso. «Él tiene la mentalidad americana, ganadora, no hace las cosas por hacer, no va a un sitio a ver cómo está, y si hemos decidido debutar en Madrid es porque los entrenamientos dicen que está muy, muy bien», insiste Armas. «Es verdad que normalmente hacen falta una serie de competiciones previas para conseguir el objetivo óptimo, y esa sería la única duda, pero está muy bien», continúa.
Es prácticamente un año sin competir. La última vez que lo hizo fue el pasado 30 de agosto en Getafe, cuando buscó batir sus récords de España de 100 y 200. Llegó pasado de forma y quedó lejos, aunque logró reunir a un buen puñado de seguidores en el polideportivo Juan de la Cierva. Le falta competición, pero los entrenamientos están ahí. Hablar de año sabático de Hortelano es equivocarse. Los que están a su alrededor aseguran que ha trabajado más fuerte que nunca, ya instalado en Barcelona después de sus años en Estados Unidos. Él mismo suele mostrar en las redes sociales algunas sesiones de pista, de pesas, de fuerza, para fortalecer el «core»... Toda la preparación adicional e invisible que ayuda, entre otras cosas, a prevenir lesiones. «De alguna manera ha podido trabajar la base para el año que viene centrarse más en la velocidad. Es verdad que han faltado entrenamientos por debajo, algunas pruebas de 100 metros, la velocidad explosiva para conseguir esa prolongación en los 200. Quería haberlo hecho, pero no hay tiempo. El año que viene se hará para llegar a Tokio habiendo corrido ya muy rápido», dice Armas. Tokio, siempre Tokio.
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