Alonso pasa vergüenza

Ejercicio de imaginación: piensen en Rafa Nadal siendo eliminado por un triple 6-0 en primera ronda de Roland Garros, en Pau Gasol jugando una media de dos minutos por partido en la NBA o en Marc Márquez abandonando en la mitad de los grandeas premios de MotoGP. Duro, ¿verdad? Pues ésa es la triste realidad de Fernando Alonso en la Fórmula Uno, la vergüenza que tiene que soportar cada fin de semana cuando abandona o es rebasado por cualquiera. ¿Cómo es posible que el mejor piloto de la parrilla (junto a Hamilton) vaya a terminar sus días en la Fórmula Uno conduciendo el peor coche? Y, sobre todo, ¿quién es el responsable de que McLaren retroceda cada año? Cuatro años del asturiano en la escudería británica y a cada cual peor. Ni motor Honda ni motor Renault ni nada. Que se lo hagan mirar Zak Brown y compañía, porque han derrochado los últimos años de Fernando Alonso en este deporte con monoplazas indignos.

Lo que más rabia me da es que Fernando no se ha cansado de viajar ni de competir: simplemente se ha cansado de perder. Alonso ha hecho de todo para ganar carreras y sumar el tercer Mundial a su palmarés, pero los errores también se pagan. Dejar Ferrari por decisión propia, como él mismo dijo, y apostar por McLaren es de las peores determinaciones que se recuerdan. Un horror, aunque él insista en lo contrario cada vez que puede. Sí, Ferrari no ha vuelto a ganar un Mundial, pero todos sabemos, por ejemplo, que el zarpazo de Hamilton a Vettel ayer en Monza en el Gran Premio de Italia no hubiera ocurrido con Alonso vestido de rojo. O le cerraba el paso o se iban los dos fuera. Lamentablemente, como lo de Nadal, Gasol y Márquez, también es un ejercicio de imaginación. Evocador, si quieren, de lo que pudo haber sido.