Que suene ya nuestro himno

El Madrid disputó un nuevo clásico tres días después del KO copero ante el Barça. Era casi el último cartucho para agarrarse a la Liga. Solari hizo algún cambio para potenciar el ataque, buscando la velocidad y potencia de Bale en lugar del trabajo de Lucas Vázquez, y con Courtois en lugar de Keylor. Está claro que en estos dos últimos duelos de rivalidad histórica se falló en la puntería, lo que privó al menos de haber ganado uno de los partidos.

El corazón se acelera. Y sin tiempo para lamentarse, mañana tenemos otro choque crucial para la suerte madridista esta temporada. Sí, que suene ya el himno de la Champions. Con él cambiamos siempre el paso y el corazón se nos acelera. Y nuestros jugadores ofrecen aquí su mejor versión. No en vano somos el equipo que mejor conoce y coampite en el gran torneo europeo. Seguimos siendo, a gran distancia del resto, los reyes indiscutibles en el continente... y en el mundo. Aquí participan los mejores conjuntos de Europa y las grandes estrellas mundiales. Está claro que ésta es la competición que más pasiones levanta y ganarla sólo está al alcance de los elegidos.

Todos al templo. El Madrid persigue su título número 14, ahí es nada. Una auténtica barbaridad y más teniendo en cuenta que se han conquistado las tres últimas Champions de manera consecutiva, cuatro en los últimos cinco años. Por eso los madridistas nos levantamos rápido y ya estamos impacientes para llenar mañana nuestro estadio. Tenemos un buen resultado de la ida, pero no nos podemos descuidar. Nuestro equipo necesita del apoyo incondicional del templo del Bernabéu. Hay que certificar el pase a cuartos, recuperarnos del doble tropiezo contra el Barça y seguir soñando con ese himno.