¿Se ha reído Neymar del Barça?

¿Se ha reído Neymar del Barça?

DE CIBELES... A CANALETAS

Un gracioso irresponsable/ Alfredo DURO

Estabas avisado, Quim. Te dije hace tiempo que llegaría el día en el que las gracias y las chalanadas de Neymar, Piqué y compañía se volverían en vuestra contra y pagarías la factura de tanta arrogancia. Te imaginabas que la complacencia arbitral de la que el Barcelona ha gozado en lo que llevamos de siglo iba a durar eternamente y que jamás de los jamases verías con tus ojos que un jugador del Barcelona sería expulsado, pero nada es eterno. Tampoco la bula arbitral que tanto ha enmascarado el caprichoso comportamiento en el campo de jugadores que, como Neymar, han coleccionado un historial de engaños, simulaciones, desprecios y atentados contra los «valors».

Falta de liderazgo

La expulsión de Neymar es producto de su irresponsabilidad y su falta de liderazgo para sacar al equipo de una situación límite. Neymar, en su condición de «estrellita» consentida y mimada, demostró estar a años luz de lo que se le pide a un aspirante al Balón de Oro. Cuando un «crack» de verdad como Ronaldo ha tenido el menor desliz disciplinario has demostrado ser un periodista sin ningún concepto de la piedad. No te andes ahora por las ramas e intentes justificar lo injustificable. No me hagas pensar que sólo has quedado para limpiarle las botas a Neymar.

A vuelta con las botas

Las mismas botas que este pésimo aprendiz de Balón de Oro se cambia ante la aburrida incredulidad de su entrenador y sus compañeros poniendo la extravagancia al servicio del marketing. Entre sus esfuerzos por hacer publicidad de su marca de botas, para que Neymar Senior siga manteniendo la estructura económica que ha puesto contra las cuerdas la economía del Barcelona, y sus viajes a Brasil para dar cuenta en las redes sociales de sus «divertidas» fiestas habéis conseguido moldear al «crack» de cartón piedra que deja a su equipo sólo cuando se está jugando ganar la Liga.

¡Basta ya de perseguir al brasileño!/ Quim DOMÉNECH

Es uno de los futbolistas que más patadas recibe. A pesar de su don para dejar atrás a rivales, a menudo le tenemos que ver en el suelo, doliéndose. Por desgracia, las entradas a Neymar no suelen castigarse de forma justa. Para colmo, le hemos tenido que ver expulsado antes que muchos que le han estado a punto de lesionar. El problema es llamarse Neymar, estar destinado a ser el futuro mejor jugador del mundo y, sobre todo, jugar en el Barça. Jugar en el Barça y no jugar en el Madrid. Desde que empezó a vestir la camiseta azulgrana ha recibido un sinfín de críticas, a menudo desproporcionadas. La expulsión de Málaga es tan absurda como fácil resulta atacar al brasileño.

Futuro número uno

Te lo resumo fácil: Neymar no juega con el Barça, juega en el Barça. Y el Barcelona está encantado de tenerle, sabiendo que será el digno sucesor de Messi. Y por el camino hasta lograrlo debe aprender a no perder la cabeza como sucedió el sábado en Málaga. Y también a aguantar que algunos habéis conseguido colgarle una etiqueta que no merece. Hay algo claro, Neymar es víctima, no culpable.

Dejadle tranquilo

Sólo busca divertirse, dentro y fuera del campo. Su fútbol es espectáculo. Se equivocó aplaudiendo al árbitro, pero resulta absurdo tener que verle abandonando un terreno de juego. Tan absurdo como la primera amarilla. Llevaba varios partidos con problemas en las botas. ¿Quería perder tiempo? Si el partido estaba empate a cero. Por cierto, qué bien quiso reflejar el cuarto árbitro sus aplausos cuando tan a menudo han obviado el mismo gesto en otros jugadores. Qué ganas le tienen, qué ganas le tenéis, Duro. Y todo por ser ya el número dos del mundo y haber elegido el Camp Nou en lugar del Santiago Bernabéu. Hazme un favor, dejadle tranquilo. Neymar disfruta con el fútbol y quiere seguir haciéndolo. A pesar de vuestras campañas que, eso sí, esta vez han dado sus frutos.