Ciclismo

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El dopaje textil del Sky

El BMC de Porte y la FDJ de Pinot denuncian que el equipo de Froome utilizó en la crono vortex, material que permitió a sus corredores tener más ventaja

El dopaje textil del Sky
El dopaje textil del Skylarazon

El BMC de Porte y la FDJ de Pinot denuncian que el equipo de Froome utilizó en la crono vortex, material que permitió a sus corredores tener más ventaja.

Suele pasar a menudo, prácticamente siempre, que los perdedores, aquéllos que saben que ya poco o nada tienen que hacer más que claudicar, reconocer y plegarse ante sus verdugos, se adhieren a la última esperanza, que no es otra que la del pataleo, la protesta, la queja y la denuncia. No hay año desde la explosión del Sky, el equipo archimillonario que ficha cada curso a los mejores ciclistas del pelotón a golpe de talonario, para convertirlos en fieles gregarios de su líder Froome cuando podrían por sí solos pelear por cualquier gran vuelta, que no salte cualquier polémica que los afecte. A sus corredores o a su entorno.

Esta vez, y viendo la tremenda superioridad de Chris Froome en la primera etapa, donde metió más de medio minuto a todos sus rivales en apenas 14 kilómetros de contrarreloj, los derrotados y sus equipos han optado otra vez por la pataleta. Han rebuscado en los bajos fondos, mirado y remirado fotos, vídeos y repeticiones de la etapa, como si no tuvieran mejor cosa que hacer en lo que a la mejora del rendimiento de sus propios ciclistas y han preferido mirar al otro. Al invencible y todopoderoso enemigo que no consiguen derrotar en las carreteras. Y han encontrado un agujero por el que colarse. Concretamente, en las mangas de sus maillots.

El Sky, que este año corre el Tour de blanco impoluto, ha dado una vuelta de tuerca más a la innovación en sus equipaciones. Las mangas de sus buzos de contrarreloj con los que salieron sus ciclistas no eran lisas. Contaban con unos pequeños puntos rugosos. Bolas de aire. De no haber destacado como lo hicieron, quién sabe, quizá no hubiera pasado nada. Pero cuatro de sus nueve ciclistas acabaron entre los diez primeros de la etapa. Y la cólera entre sus enemigos se desató.

La liebre la ha hecho saltar Frederick Grappe, director de desarrollo del equipo FDJ, la escuadra liderada por Thibaut Pinot, al que más le valdría tener un equipo que le enseñe a bajar antes que espiar a los rivales. Grappe sostiene que el buzo que usó el Sky el pasado sábado en la jornada inaugural del Tour llevaba en sus mangas vortex, un tejido con una superficie similar a una pelota de golf y que aumentaría en un 5 por ciento la penetración del aire, lo que, dice, aporta una ventaja de entre 18 y 25 segundos. Como si las piernas no contaran. Como si la preparación, los entrenamientos, los sacrificios o los vatios no valiesen para nada.

El equipo francés y el BMC de Richie Porte, antiguo compañero y amigo de Chris Froome, pusieron una queja a la UCI que, de momento, lo único que ha dicho es que «no tenemos suficientes datos para tomar alguna medida». En su reglamento se dice que no se pueden añadir elementos que modifiquen la fisionomía del ciclista. El Sky alega que todos sus materiales fueron homologados a principio de temporada. De hecho, también vistieron los mismos buzos en el Giro. «No es un añadido a la ropa sino que va integrado en el maillot», defiende Nicolas Portal, uno de los directores del equipo inglés.

La parroquia ciclista ya le ha puesto hasta nombre: dopaje textil. Pero lo cierto es que hay equipos que llevan usando algo parecido en las cronos desde hace años. Uno de ellos es el Movistar, que ha integrado una «V» en relieve de caucho que provoca el mismo efecto. «Han hecho falta muchas horas en el túnel del viento para comprobar sus ventajas», dice José Luis Arrieta, director del equipo. «Y no son tan grandes como se dice». Al fin y al cabo, lo que sigue contando en el ciclismo son las piernas.