Portugal
El Chiringuito de Pedrerol: Con la cabeza alta
Cristiano lo dio todo por el Madrid y por Portugal y no se le puede reprochar nada. Otros no pueden decir lo mismo.
Cristiano nunca se esconde. Para bien y para mal, es un jugador insaciable. Que nunca tiene suficiente. Un competidor nato que va con todo lo que tiene a por su objetivo.
Cristiano nunca se esconde. Para bien y para mal, es un jugador insaciable. Que nunca tiene suficiente. Que siempre quiere más. Un competidor nato que va con todo lo que tiene a por su objetivo sin importarle lo que haya en su camino. No regatea un esfuerzo, no descansa, no para de entrenar para progresar y estar un poco mejor en el próximo partido. Sólo por eso ya se merece el reconocimiento de Portugal y de toda la gente del fútbol. No podía fallar a su país y se dejó el alma en el intento. Hizo todo lo que estaba en su mano y en sus botas, aunque no pudiera con ellas. Siempre entre algodones. Siempre con esa aparatosa cura de hielo en su rodilla. Siempre al límite. Y nunca quejándose de su situación, sino al revés. Siempre con buena cara y palabras de optimismo. Quizá esa imagen de autosuficiencia que da, esos gestos que tiene a veces, le hayan podido marcar para mal en ciertos momentos. Pero siempre se vacía en el campo, y en el Mundial lo hizo del primer día al último. No hay nada que reprochar a alguien que siempre lo da todo.
El esfuerzo le pasó factura
Cristiano pensó en el Madrid antes que en el Mundial. No lo olvidemos. Pensó en su equipo y en sus aficionados antes que en su rodilla. Jugó lesionado el tremendo final de temporada que tenían los blancos mientras unos médicos le animaban a hacerlo y otros le aconsejaban todo lo contrario. Estaba en boca de todos, y él no defraudó a nadie: optó por arriesgar, porque va en su carácter y en su mentalidad combativa y ganadora. Estaba obsesionado con la Décima y la terminó levantando. Además, con Ancelotti volvió a sentirse importante. Con el italiano volvió a ser el líder. Pero el esfuerzo le pasó factura y llegó al Mundial en unas condiciones precarias, muy lejos del Cristiano imparable al que estamos acostumbrados a ver cada tres días durante todo el año. La próxima temporada será muy larga y con más retos que nunca para él y el Madrid. Seguro que se va a tomar algunos partidos con más calma. Tiene que recuperarse bien.
No se le puede culpar
Portugal cayó en primera ronda. Contra eso no hay excusas que valgan. Su Mundial ha sido muy malo. Fue superada en los dos primeros partidos y no mereció pasar de ronda pese al esfuerzo y orgullo del último encuentro. Cristiano es el primero que lo sabe. Sabe que no han podido corresponder a lo que se esperaba de ellos. Pero no se le puede culpar a él del mal juego de su equipo. Es injusto y ventajista. Ni se encontraba bien físicamente ni sus compañeros supieron encontrarle en el campo. El capitán debe volverse con la cabeza bien alta. Porque no ha fracasado. Todo lo contrario: se ha jugado el tipo por el Madrid y por Portugal. Otros no habrían hecho lo mismo.
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