Ámsterdam
El horizonte se acerca
Tras golear al Valladolid, a Carlo Ancelotti le preguntaron si creía que el partido del Barcelona en San Mamés era una oportunidad para recortar distancias. «Voy a verlo porque me gusta el fútbol –contestó el entrenador italiano–. Vamos a ver qué pasa. No tenemos que pensar en el Barcelona o en el Atlético. Tenemos que pensar en nosotros. Lo estamos haciendo ahora y lo estamos haciendo bien». Confiado en su fútbol, el Madrid disfruta con su momento sin pensar en nada más, pero en el ambiente estaba que el partido de ayer podía ser el primer día para acercarse al líder y situarse ya a un solo paso. Las cuentas salieron.
El Madrid ha ido ascendiendo en puntos y en goles sin perder la paciencia frente al camino del Barcelona que, hasta ayer, sólo había cedido un empate en El Sadar. Por muy bien que lo hiciesen los blancos, de nada servía si los de arriba no fallaban. Pese a algunos signos de debilidad y evidentes dudas sobre su juego, el conjunto de Martino continuaba imbatible. Hasta que cayó en Ámsterdam y después, ayer, en Bilbao. Ahora los tres primeros están en sólo tres puntos de distancia y con un partido clave aún por disputar antes de que termine la primera vuelta. En la última jornada, el Atlético recibe al Barcelona.
El Real Madrid ya ha olvidado los titubeos de los primeros encuentros. Sólo faltaba que los números de la clasificación reflejasen ese olvido. Ya están en ello. La tabla comienza a representar un cambio que se está viendo en el campo: mientras que el Barcelona de Martino no consigue resolver cómo quiere jugar, el Madrid de Ancelotti se muestra cada vez más firme, cada más feliz y alegre con su fútbol. Ha aumentado sus esperanzas al mismo ritmo que el Barcelona iba recortando las suyas. La crisis ahora se vive en azulgrana.
En medio, mientras, el Atlético de Simeone sigue a lo suyo, agarrado a la tierra, sin querer pensar que está en medio de una batalla y que antes o después se le tiene que empezar a tener en cuenta.
En puntos, el Madrid está por debajo de los dos primeros: en número de goles, el equipo de Ancelotti ya ha superado a ambos. Su racha goleadora es inimitable y ha llegado a final de año con un ritmo que asusta. Quedan cuatro partidos para que acabe la primera vuelta, sólo dos para que termine el año. El fin de semana que viene se juega la Copa y dentro de quince días vuelve el campeonato. El Barcelona tiene tiempo para pensar en lo que está haciendo mal o para agobiarse por los últimos resultados. Para el partido siguiente, recibe al Villarreal, el Atlético, al Valencia y el Madrid juega en Pamplona, el campo donde empató el Barça.
El equipo de Ancelotti vuelve a jugar fuera en el último encuentro del año, contra el Valencia. Después de un calendario más o menos accesible, donde ha aprovechado para ponerse a punto, a los blancos le esperan dos salidas complicadas. Seguramente ya podrá contar con Ronaldo. Si las pasa con nota, sólo le quedará esperar a que el Atlético-Barça le abra un poco más la puerta.
✕
Accede a tu cuenta para comentar