El Madrid no es la selección

Lopetegui ha pasado de una racha de veinte partidos marcando y sin perder con España a tres sin anotar ni ganar con los blancos. Se enfrenta a su primer momento complicado en Chamartín.

José Manuel martín -

l primer desafío que asumió Lopetegui cuando firmó por el Real Madrid fue el de mantener el nivel de éxitos sin Cristiano. Con estas palabras, o parecidas, lo dijo él mismo públicamente y también ha explicado alguna vez que lo que quiere es que sea el equipo el que marque los goles que hacía el portugués y no dejar la responsabilidad en un solo hombre. Su concepto del fútbol es colectivo y quizá por eso aceptó heredar la plantilla campeona de Europa sin el gran goleador ni pedir un sustituto de máximo nivel. Cree en los recursos de los que dispone, aunque en poco tiempo se debe haber dado cuenta de que el Real Madrid no es la selección. Con España acumuló veinte partidos sin derrota y marcando gol (14 victorias y 6 empates), mientras que con su nuevo equipo ha alternado buenos días con otros grises y está en mitad de una racha de tres choques sin victoria y sin anotar.

Recuerdan desde el vestuario blanco que no se ganan Champions en octubre y que en cursos pasados también se vivieron gatillazos en lugares insospechados. La memoria es frágil y los títulos minimizan aquellos episodios, aunque Lopetegui es consciente de que en el Real Madrid el tiempo siempre es relativo, igual que la paciencia.

«Merecimos más, lo intentamos de todas las maneras, pero no pudo ser y ahora tenemos que tragar bilis», reflexionaba en las entrañas del Luzhniki, un lugar al que no llegó con la selección y que, desde ya, marca las coordenadas del primer momento verdaderamente complicado para el técnico. «Ni después de la Roma éramos tan fantásticos ni ahora un desastre», se defendía después de contar 26 remates de los suyos ante el CSKA. Defiende que su equipo sí tiene ocasiones y que sólo un milagro evitó que los rusos se fueran con la portería imbatida. «Esto del gol es una cosa de rachas, no tuvimos ese puntito de fortuna», añadía acordándose de los tres palos que dieron sus chicos en Moscú. Esto es cierto, pero también lo es que a este Madrid le cuesta sacar el martillo incluso cuando tiene mucha posesión. La goleada de la Roma sería el paradigma de lo que quiere el técnico, pero desde entonces el equipo se ha atascado. Coincide la sequía con la baja de Isco, el futbolista con más desequilibrio de los atacantes madridistas. Él evitó con una falta magistral que el Madrid se fuese al descanso empatado a cero después de haberle dado un baño a la Roma, en lo que sería la prehistoria del problema de gol que ahora se vive.

Benzema ha olvidado la versión de rematador voraz con la que empezó el curso. Ha sido titular siempre, aunque se ha ido marchitando al mismo ritmo que el juego colectivo. Es el máximo anotador junto a Bale, los dos delanteros más puros del grupo hasta la llegada de Mariano el último día de mercado. Asensio es el que completa la nómina de atacantes y parece demostrado que es más efectivo partiendo desde atrás que haciendo realmente de punta.Va para estrella y se espera con impaciencia ese paso adelante que significa que él se lo crea de verdad. Sin Cristiano, todos los futbolistas que juegan por delante del balón en el Madrid van a tener que ser más protagonistas y sentir que el gol también depende de ellos.

Más allá de las lesiones y los contratiempos, Lopetegui se siente fuerte ante este primer gran desafío y busca cerrarle la boca a los que le comparan con Benítez. Sólo le queda Mendizorroza antes del parón FIFA para acabar con una racha sin gol que no se daba desde la segunda etapa de Capello. Quizá sólo sea una anécdota, pero el Real Madrid no espera y Julen sabe que sólo los triunfos conceden tiempo para asentar un proyecto.