Fórmula 1
Y al fondo, Renault
Tras la experiencia de las 500 millas, Alonso volvió a la F-1 en Canadá y su McLaren-Honda lo volvió a dejar tirado. Su futuro apunta a la escudería con la que ganó sus dos Mundiales
Tras la experiencia de las 500 millas, Alonso volvió a la F-1 en Canadá y su McLaren-Honda lo volvió a dejar tirado en la primera sesión de entrenamientos. Su futuro apunta a la escudería con la que ganó sus dos Mundiales
La vuelta de Fernando Alonso a la Fórmula-1 ha supuesto el regreso a la rutina, al aburrimiento y al «cabreo» que le persigue desde hace tres años cuando decidió fichar por McLaren-Honda.
El Alonso alegre, divertido, motivado y fuerte que vimos en Indianápolis ha «desaparecido» para dar paso a otro bien distinto por causas ajenas a su voluntad. Y esto sólo cambiará si gana carreras, algo que no está en disposición de hacer en los próximos meses debido al vergonzante rendimiento de su actual equipo. El jueves, durante la conferencia de prensa del Gran Premio de Canadá que se disputa este fin de semana, la mayoría de preguntas se centraron en su experiencia en las 500 Millas y, sobre todo, en su futuro. El asturiano ya no tenía el semblante y la «buena cara» de Estados Unidos y sus respuestas, como no podía ser de otra manera, aportaron más bien poco. El ovetense afirmó que será en septiembre cuando estudie la situación y señaló que si después del verano no optaba a los puestos de podio apostaría por marcharse. El rendimiento del McLaren-Honda no va a cambiar de un día para otro y eso lo sabe él y cualquiera. Por eso sorprende que el piloto realice este tipo de afirmaciones (nada más empezar los entrenamientos libres Alonso debió retirarse con problemas. En la segunda sesión, fue séptimo). En su horizonte está cambiar de equipo si es que no lo ha firmado ya. Alonso ha recuperado confianza en América y se ve con fuerzas para dar guerra en los próximos años en la F-1. La cuestión es dónde.
En Mercedes, Ferrari y Red Bull las puertas están cerradas a cal y canto a menos que se produzcan situaciones tan extremas como la repentina retirada de Nico Rosberg, que sacudió a la F-1 el pasado mes de noviembre. Y en el caso de Hamilton en Mercedes esto no parece probable. En Ferrari no quieren oír hablar de él y en Red Bull no van a romper la política de pilotos que tan buen resultado les ha dado hasta el momento. Ahora todo apunta a que en Renault le esperan con los brazos abiertos para ocupar el asiento que hoy usa Jolyon Palmer. En la escudería gala no dan ninguna señal de interés, pero el caso es que, en sus circunstancias, la aportación de Alonso sería muy buena. Además, el patrón de la marca, Carlos Ghosn, no esconde su deseo de que el español vuelva al equipo que le dio tantos éxitos. Y viceversa.
Sin embargo, ahora se da una extraña circunstancia. En Renault también quieren a Carlos Sainz y su representante, que es el mismo que el de Alonso, Luis García Abad, está negociando con Red Bull la disolución del contrato del madrileño para tener vía libre. Y esta «liberación» sólo se consigue con mucho dinero. Pero ahora en ese mismo camino se encuentra Alonso, que quiere huir de McLaren y su único destino posible sería también Renault. En 2014, la decisión de Alonso de abandonar Ferrari provocó un efecto en cadena que benefició a Sainz. Alonso fue a McLaren, Vettel marchó a Ferrari, dejó un asiento libre en Red Bull y eso supuso el ascenso de Kvyat, que a su vez dejó libre un coche en Toro Rosso que finalmente fue para el madrileño. De no ser por esa decisión, Sainz lo hubiera tenido más difícil.
Pero ahora Alonso está en la senda de Renault y esto puede perjudicar a Sainz, que está llevando a cabo un comienzo de temporada espectacular. Hasta después de verano no habrá comunicado oficial, pero es más que probable que Alonso acabe su carrera deportiva en la F-1 en el lugar donde empezó todo.
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