Opinión

Mbappé vetó a Haaland

El 10 de la selección francesa ha puesto como condición sine qua non al Madrid ser el único gallo en el corral, no quería estrellas a su alrededor

Erling Haaland jugará la próxima temporada en el Manchester City
Erling Haaland jugará la próxima temporada en el Manchester CityDavid InderliedAgencia AP

Si le respetan las lesiones, Erling Haaland será uno de los dos jugadores que marcarán esta década y al menos la mitad de la otra. A mi juicio puede acabar resultando un futbolista más importante incluso que el que, de momento y hasta nueva orden, es el número 1 del mundo: Kylian Mbappé. Su gran drama es físico: esta temporada ha estado de baja la friolera de 95 días y la pasada 40, con lo cual hay motivos para la inquietud, para pensar que su futuro puede estar en entredicho o, al menos, su plenitud futbolística. Tres meses en casita en un solo periodo de competición es muchísimo tiempo. Robben, Bale o el propio Hazard son superlativos peloteros, pero han acabado en la cuneta de la historia al haber estado casi tanto tiempo en el dique seco como en activo. Por otro lado, tan cierto resulta que Mbappé es descomunal como que su ratio goleador, treinta y pocos tantos al año, está lejos de la salvajada que ha llegado a alcanzar el todavía 9 del Borussia Dortmund. Los guarismos de la nueva estrella del Manchester City asustan: en los 88 partidos que ha disputado en total con el conjunto alemán ha marcado 85 tantos, lo que conforma un total de 0,96 por partido. Una cifra de otra galaxia similar a las de Messi y Cristiano, dos monstruos que figuran en el quinteto de los mejores de la historia junto a Di Stéfano, Pelé y Maradona. No muy lejos de los 1,22 que anotó el argentino en su mejor temporada, la 2011-2012, y a tiro de piedra de los 1,13 del portugués en su jamás superada 2014-2015. Las estadísticas de esta temporada lo pueden decir más alto, pero no más claro: si bien es cierto que ha estado mucho tiempo de baja, Haaland ha anotado 1,03 goles por encuentro por los 0,8 de Mbappé. Lo cual permite inferir que estamos hablando de un futbolista de leyenda, insisto, si el tren inferior no le continúa jugando malas pasadas.

Se ha escapado el vikingo, pero no del todo. Sabiendo como sabe que acabará en el Real Madrid, ha obligado a colar en su nuevo contrato una cláusula que le permite salir del City rumbo a donde le dé la realísima gana en dos años y abonando una cifra que no se antoja prohibitiva teniendo en cuenta los precios de mercado que se estilan: 150 millones de euros. La gran pregunta es por qué Haaland, que tenía un compromiso con los merengues, salió finalmente corriendo a esa ciudad que el ex presidente del Milan Adriano Galliani describió muy gráficamente: “Si tienes claro que vas a acabar en el infierno no está de más pasar un tiempo en Mánchester para aclimatarte”. Lo único que se salva de ese averno al norte de Inglaterra es el bucólico, idílico y mágico barrio donde vivía Cristiano y donde seguramente morará nuestro protagonista: Alderley Edge.

La respuesta al interrogante que tiene sin vivir en él al madridismo es por qué el proyecto de orgasmo futbolístico que hubiera supuesto juntar a Mbappé con Haaland ha degenerado en gatillazo. La explicación es casi, casi, perogrullesca: el 10 de la Selección Francesa ha puesto como condición sine qua non ser el único gallo en el corral, no quería estrellas a su alrededor. La pesadilla que ha sufrido este año contemplando cómo el PSG centraba todos sus esfuerzos marketinianos, futbolísticos y pecunarios en Messi y Neymar no la quiere volver a experimentar. Está harto de cobrar menos y ser el segundo plato de otros que a día de hoy son peores de él. Por eso, y no por otro motivo, Haaland no vendrá a Madrid. De momento...

PD: por cierto, ¿a que no saben cuál es el mejor y más barato fichaje de la Casa Blanca? Un tal Benzema que tiene en su haber 44 goles esta temporada, frente a los 36 de Mbappé y los 30 de un noruego que, insisto, se ha pasado tres meses en la enfermería. Tardó nueve años en explotar, que son demasiados, cierto, pero sólo con él la potencia goleadora del Real Madrid está asegurada y requeteasegurada para un buen tiempo. No quiero ni pensar lo que será si, como parece, se juntan el 9 y el 10 de la mejor selección del mundo.