Liga de Campeones

La Liga Europa o el abismo para el Atlético

El equipo de Simeone necesita hacer lo mismo que el Leverkusen para acceder a la segunda competición continental, el único camino que le queda

Simeone, Joao Félix y Savic, durante el último entrenamiento del Atlético
Simeone, Joao Félix y Savic, durante el último entrenamiento del AtléticoSergio PérezAgencia EFE

La Liga Europa ayudó al Atlético a crecer cuando no acababa de despegarse el aroma de la Segunda División en los primeros años del siglo. La ganó en 2010 y en 2012, antes de asentarse de manera recurrente en la Liga de Campeones. La semana pasada, esa misma competición se consideraba un castigo. Ahora, es lo único a lo que se puede agarrar el club rojiblanco para salvar la temporada continental.

O para salvar la temporada en general, como hizo en 2018. En la Liga está a nueve puntos del Real Madrid, tres partidos de distancia cuando solo se han jugado doce. Desde que jugó contra el Bayer Leverkusen en Alemania, el Atlético ha disputado once partidos, con un resultado de solo cuatro victorias, las mismas que derrotas, y tres empates.

Con esos números, el Atlético no puede competir por ganar ningún título. Ya está fuera de la Liga de Campeones y está muy lejos en la Liga. Le quedan la Copa, que aún no ha empezado, y la Liga Europa si es capaz de clasificarse.

«Me jode y con lo que sufro más es por toda la gente que trabaja alrededor de toda esta búsqueda que venimos logrando hace muchos años. Si no estamos en Champions es porque hay cosas que no hicimos bien, no tengo nada que reclamar competitivamente», admite Simeone.

Para alcanzar la tercera plaza del grupo que da acceso a la segunda competición continental, al Atlético le basta con hacer en Oporto lo mismo que haga el Leverkusen en Brujas. La situación es la misma en los dos encuentros. Belgas y portugueses se juegan el primer puesto del grupo, que se supone les libraría de los rivales más peligrosos en los octavos de final. Alemanes y españoles pelean por el puesto en la Liga Europa.

«A mí me enseñaron desde chico a competir siempre. Y nos espera la oportunidad y la posibilidad de llegar a la Liga Europa si las cosas las hacemos bien. Hay que prepararse, estar fuerte, visualizarlo y quererlo. Iremos a buscar el partido con las armas que tenemos, con la búsqueda que siempre intentamos hacer», asegura Simeone.

El Oporto es el único rival al que el Atlético ha ganado esta temporada en la Liga de Campeones. Fue en la primera jornada y en un final afortunado. Desde entonces, dos derrotas y dos empates que lo han llevado a la situación actual.

El partido tiene un aire de «deja vu». Los rojiblancos llegaron el año pasado en una situación parecida a Do Dragão, pero entonces el objetivo era seguir enganchados a la Liga de Campeones. Una gran actuación de Griezmann llevó al Atlético a la victoria y al primer puesto del grupo. Fueron los portugueses los que se quedaron fuera de la Champions.

El francés ha sido el mejor del Atlético desde que el acuerdo entre el Atlético y el Barcelona le liberó del banquillo y ya puede jugar los partidos completos.

Griezmann ha recuperado el lugar que le pertenece, mientras Joao Félix intenta volver a contar con la confianza de Simeone. «Espero que si a Joao Félix le toca arrancar de inicio sea el futbolista de esos 30 minutos, porque el campo habla. Y cuando el campo habla, no hay mucho que decir», reconoce el preparador argentino, que valora muy positivamente la actuación del portugués en la última media hora contra el Cádiz.

La media hora que jugó en Cádiz es un paso para ganar presencia en el equipo. No es mucho tiempo para un jugador que costó 127 millones de euros, pero es bastante más de lo que estaba jugando en los últimos partidos. No ha sido titular en ninguno de los nueve partidos que el Atlético ha jugado en octubre. En dos de ellos ni siquiera pisó el césped y en el que más jugó fueron 16 minutos.

Joao hizo méritos para volver a entrar en las alineaciones del Cholo. El del Oporto, además, es un partido especial para él. Fue el equipo en el que comenzó su carrera, pero su físico no se desarrollaba como esperaban en el conjunto del norte de Portugal y acabó jugando en el Benfica.

Ahora vuelve a Oporto para que el Atlético pueda mantenerse vivo en Europa.