Fútbol

Cádiz - Real Madrid: Rodrygo, medicina contra el Virus FIFA

El Real Madrid, liderado por Rodrygo, derrotó al Cádiz en LaLiga. El brasileño marcó dos goles y dio el tercero a Bellingham

CÁDIZ, 26/11/2023.- El delantero brasileño del Real Madrid Rodrygo Goes (i) celebra con sus compañeros su gol, el primero del equipo blanco ante el Cádiz CF, durante el partido de la jornada 14 de LaLiga que enfrenta al Cádiz CF y el Real Madrid hoy domingo en el Estadio Nuevo Mirandilla. EFE/Román Ríos.
Cádiz - Real MadridRomán RíosAgencia EFE

El plan de Ancelotti era dar descanso a Rodrygo tras su viaje a Brasil, su disputa con Messi y su regreso a España. Con tantos futbolistas lesionados no quería el entrenador blanco que el cansancio afectara a su delantero brasileño y consideraba que hacerlo jugar era ponerlo en peligro. Por eso pensó en Brahim para que fuera el acompañante de Joselu en el ataque contra el Cádiz, por eso Brahim fue el nombre que salió en el equipo titular oficial, que el Real Madrid hace público un par de horas antes de los encuentros.

Luego el que salió al campo fue Rodrygo. Brahim tenía un problemas estomacales y no podía jugar. Así que los planes y la precaución de Ancelotti con Rodrygo no valía para nada. El brasileño tenía que jugar y desafiar al calendario futbolística y al llamado virus FIFA, que tantos daños colaterales ha ido dejando este fin de semana. Tuvo mala suerte Brahim, que necesita aprovechar todos los minutos que tenga a mano. Pero quien tuvo mucha mala suerte, la peor, fue el Cádiz. La titularidad y el partido que se marcó Rodrygo fue impresionante.

Desde la banda izquierda, quizá la posición que más le gusta pero en la que por problemas de ocupación, apenas puede pisar, hizo añicos al Cádiz en casi todas sus apariciones y acabó con el encuentro en el minuto 13, cuando arrancó desde la esquina, abriéndose para buscar un hueco para tirar. Los jugadores del Cádiz iban llegando hacia él, chocando entre ellos, como vehículos que no para en un atasco y Rodrygo seguía frente al los rivales, haciendo un cañito, desviando la pelota con un toque, hasta que vio hueco y puso la pelota en la escuadra de Ledesma. Ya no había más para el Cádiz y quedaba todo el encuentro.

El equipo de Sergio fue valiente antes de esa jugada y estuvo sereno después. Antes del gol salió valiente, presionó al Real Madrid y amagó un par de veces con hacer daño. Sabía que si imponía un ritmo alto al principio podía poner el encuentro de su lado. Pero Lunin tiene otro aire. Ya no es el portero tímido que es en la vida. El guardameta es callado y trabajador, pero cuando jugaba pesaba más lo primero que lo segundo. En estas oportunidades que le ha dado la lesión de Kepa, Lunin ha mostrado un aplomo que no se le había visto antes.

Con él, el Madrid está seguro. Y con Modric y Kroos en el centro del campo, tiene más dominio del juego. Y si el equipo se pone por delante, todo es más sencillo. Modric se intercambiaba posiciones con Fede Valverde, más cerca de la banda y tuvo que ser sustituido en las segunda parte por un problema muscular, pero el croata está listo para compartir minutos con Kroos. Y más en momentos de urgencias como este.

El Cádiz lo intentó durante la primera parte, pero el Real Madrid, con el tanto a favor, ya se sintió dominador del choque. Se lo tomó con calma, porque a experiencia no hay quien le gane. Otras veces lo hace y corre riesgos, pero no en Cádiz. Ha ganado enteros el equipo defensa, como quería Ancelotti. El entrenador italiano defiende una máxima: si se mantiene la portería a cero y el equipo se aplica defensivamente, ganar siempre es mucho más sencillo. Porque al Madrid le sobra talento delante. Aunque no esté Vinicius.

Fue Rodrygo, en la segunda mitad, el que acabó con cualquier esperanza del equipo local. Ya antes Joselu falló una jugada alucinante. Rodrygo remató, pero la pelota, superado al portero, se marchó lentamente fuera. Antes de salir, pasó por delante de Joselu. El delantero se confundió: pensó que la pelota iba a gol,que podía estar en fuera de juego, que era mejor no tocarla, luego vio que se iba a fuera, que era mejor no tocarla, no que era mejor tocarla, ostras, que era empujarla, pero era fuera de juego, o no lo era, la empujo.

Todo eso debió pensar en un segundo, mientras la pelota se marchaba. Dio igual: Rodrygo se inventó otro gol muy parecido al primero y antes de ganarse el descanso que iba a tener al comienzo, dio un pase a Bellingham, para que este hiciera el tanto de todos los días.