Cara a Cara: ¿Ha perdido autoridad Del Bosque?

Qué final más triste

No escuchas, Alfredo. Ya te lo he dicho: esto es la ley del fútbol. Ha llegado el momento de los malos gestos y de la ingratitud. Los mismos a los que antes se les llenaba la boca cuando hablaban de Vicente del Bosque, ahora, en los momentos complicados, se borran de una forma cobarde. Ese vestuario unido por la victoria es hoy un nido de indignados con actitudes desagradables y malas caras. Lo hemos podido ver con el incidente de Cesc, los problemas físicos de Piqué o Xavi, que ha pasado de consejero a no jugar... o en Villa, que frunce el ceño porque no ha disputado ni un minuto en todo el campeonato. Incluso algunos ya se quejan de que, para dar la alineación contra Chile, Vicente no utilizara ni la pizarra y que diera los cambios respecto a Holanda en una minicharla y sólo de palabra. Todos remaban en la misma dirección antes. Todo les parecía bien. Y ahora, cuando más los necesita, le dan la espalda...

¿Merece la pena seguir así?

Si los que han compartido con Del Bosque seis años de éxitos le traicionan ahora, ¿merece la pena seguir? ¿Debe continuar Vicente ahora que conoce la cara de los traidores? ¿Quiere seguir recibiendo patadas de los que actúan por su propio interés, como él mismo ha denunciado en público? Qué pena que un vestuario campeón de Europa y del mundo se comporte ahora como una banda de poligoneros de carretera.

En la victoria, todos muy guapos

Antes, en la victoria, todos eran muy guapos. Hasta Vicente del Bosque. Pero, como esto siga así, me parece que el viaje de vuelta lo va a hacer cada uno por separado, Alfredito. Se ha roto la unidad, lo que estaba ligado por la victoria, y ahora todos quieren salvar su culo en la derrota. Esto empieza a dejar demasiados heridos y el más perjudicado, porque se está quedando solo y sin autoridad, es el hombre que nos hizo campeones de todo. Qué final más triste.

Autoridad es respeto y siempre lo tendrá

No, Pipi, no. No puede ser que me discutas lo único que resulta indiscutible cuando repasamos el ayer, hoy y mañana de Del Bosque. Me lo esperaba todo, pero nunca pensé que llegaríamos a poner en tela de juicio algo que, por encima de la figura del entrenador/seleccionador, se ganó desde siempre la persona. No puede ser que la cacería desatada por los que carecen de la más mínima conciencia futbolística quiera llegar tan lejos. ¿Autoridad? El diccionario la define como la facultad de mandar y hacerse obedecer. Tú la entiendes como el abuso de imponer castigos y la maquiavélica capacidad de condicionar cualquier expresión de entendimiento. Para vosotros autoridad es disciplina y látigo. Esa cosa llamada «manu militari» que tanto daño le ha causado al fútbol que ahora nos queréis imponer. Un fútbol que casi nunca ganó nada a través del azote y el flagelo.

El ideario del seleccionador

Aunque le conoces bien, te voy a refrescar lo que en el ideario de Del Bosque es autoridad. Algo que un buen día explicó con elegancia y bondad irrepetible sobre lo que determinadas críticas le hacían pensar: «Creo que es conveniente oír a todo el mundo. Saber escuchar es más una virtud que un defecto. No rechazo ninguna opinión». ¿Recuerdas a Del Bosque entrando al trapo de aquellos que de forma más cruel pusieron en duda su capacidad? ¡Claro que no!

Responsabilidad

«El que se cree muy bueno está condenado al fracaso». Lo digo yo y gente como Del Bosque. Cuando el seleccionador, muy a su pesar, acapara el foco para decirle a Cesc que se ha equivocado, no pretende dar lecciones de autoridad a nadie. ¿Y qué hacemos con los que han claudicado antes de comparecer? Por no hablar de «molestias» y chanchullos raros de vestuario. Simplemente, el seleccionador se muestra como lo que es: alguien responsable al que no le tiembla la mano.