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Champions

Borussia Dortmund-Sevilla: una papeleta con visos de ser un papelón

Los de Jorge Sampaoli buscará evitar la goleada ante el Borussia para ser, al menos, tercero de grupo

Jorge Sampaoli, en la rueda de prensa previa al Borussia Dortmund-Sevilla de Champions
Jorge Sampaoli, en la rueda de prensa previa al Borussia Dortmund-Sevilla de ChampionsDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Con ser disuasoria la mera contemplación de la clasificación del grupo, a cinco puntos del rival de esta noche, que hace seis días se esforzó menos que en cualquier entrenamiento para golear por 1-4 en el Sánchez-Pizjuán, hay otra razón que inhabilita al Sevilla para pensar siquiera en pasar a los octavos de final de la Champions: el estado comatoso en el que se encuentra, en puesto de descenso e incapaz de ganarle a nadie a no ser que, como ocurrió en Cornellá con ocasión de su única victoria del curso, medien una docena de milagros a la vez.

Así, existe división de opiniones entre cómo debe afrontarse la visita de esta noche al Borussia de Dortmund, segundo partido de Jorge Sampaoli en su retorno, si a mero título de inventario para guardar fuerzas de cara a la lucha por la permanencia que mantendrá el Sevilla de aquí a mayo o si merece la pena dedicar energías a evitar la goleada para facilitarse la tarea de intentar soplarle la tercera plaza al débil Copenhague y rebotar a la Europa League, con la esperanza de que el enfermo tenga mejor cara en febrero.

Es triste que ese acceso a la primera competición continental que los chicos de Julen Lopetegui lograron la pasada temporada por tercer curso consecutivo haya devenido en un marrón, una molestia, una incomodidad... pero hasta aquí nos ha traído la planificaciónperpetrada por el otrora infalible Monchi. La situación es: Sevilla y Copenhague, un raquítico punto cada uno como consecuencia del horroroso 0-0 que protagonizaron en la capital danesa, están separados por un gol en el «average» general. Si la avería en Alemania no es gorda y el Manchester City le mete un saco a los escandinavos, a los sevillistas les bastaría con no perder en la próxima jornada en el duelo directo como local para evitar la última plaza y seguir vivos en Europa a la vuelta del Mundial.

En el plano deportivo, por consiguiente, la cita tiene poca chicha, a no ser que resulta pertinente recordar que el mejor futbolista del plantel en el arranque liguero, Óliver Torres, causa baja porque no fue inscrito para disputar la competición continental. La cosa no tiene tanta importancia en sí, pues tampoco es que el extremeño sea un titán, sino que ejemplifica lo errático del proceso de toma de decisiones en el Sevilla desde hace unos meses. No tiene ficha europea Óliver, tres goles en lo que va de Liga para un equipo al que le cuesta un mundo marcar, pero sí la tienen zombis como Joan Jordán y Rakitic, por mencionar sólo a los centrocampistas, y otros fuera de forma como Suso y Januzaj, que presencian todos los partidos sin siquiera salir a calentar porque da grima alinearlos debido a su lastimoso estado físico.

Fernando y Rekik, dos hombres cuyo oficio defensivo le vendría de perlas a Sampaoli y cuya fragilidad crónica (¿son recuperables para la élite?) lastra al Sevilla desde la pasada Navidad, también son baja, de modo que el técnico santafesino deberá componérselas con una panoplia de centrales y mediocentros aterradora: Marcao, que recién debutó después de pasar en la enfermería sus tres primeros meses en Sevilla; el despistado Nianzou, el puntal Gudelj, que ante el Athletic continuó con su promedio de gol regalado por encuentro, y Kike Salas y Carmona, los dos chavales de la cantera a quienes se encomendó el último Lopetegui, voluntariosos pero tiernos como corresponde a su condición de veinteañeros. Con esto y un bizcocho, a ver quién es el guapo que salva la categoría.

La baja de Fernando es por la enfermedad del beso

La razón por la que el brasileño no juega con el Sevilla desde el 19 de septiembre es porque padece mononucleosis o enfermedad del beso, tal y como adelantó la web muchodeporte.com. Fernando se ha perdido cuatro partidos esta temporada: dos de Liga y dos de Champions y se encuentra en periodo de recuperación de esta dolencia que provoca mucho cansancio físico, fiebre y pérdida de peso. En las últimas temporadas ha sido el pilar más sólido en el centro del campo y en cuanto esté bien tendrá un hueco en los onces de Sampaoli.