Fútbol
Daniel Sánchez, jugador del Málaga, confiesa su problema de salud mental: “La ansiedad me empujó a cuestionarlo todo”
El malaguista compartió una publicación describiendo todo el proceso y anunciando haberlo superado: "Gracias a Dios, vuelvo a sentir esa luz que hacía tiempo no veía. Estoy sonriendo otra vez"

La salud mental es un tema que cada vez es menos tabú en la sociedad española. Se ha normalizado hablar de ello y afrontar el problema directamente, incluso en el deporte. La ansiedad ha vuelto a salir a la palestra después de que Ronald Araújo le haya pedido al Barcelona un tiempo para recuperarse anímicamente debido a que considera que su situación no es la óptima para afrontar ahora mismo la alta competición. No lo ha confirmado él, pero sí fuentes cercanas al uruguayo tras su error en Stamford Bridge ante el Chelsea en Champions League.
No es el único caso, otros muchos deportistas han atravesado ansiedad y distintos problemas de salud mental que incluso les han obligado a parar. Algunos de ellos se abren en canal para servir de ejemplo, como hizo durante la madrugada del domingo Daniel Sánchez, jugador del Málaga, que confesó su situación en una larga publicación acompañada de una foto sonriendo.
Así afecta la ansiedad a un futbolista
"Estas últimas semanas y algunos meses atrás han sido una prueba muy dura para mí", comenzaba el jugador del conjunto andaluz. Daniel Sánchez explicó lo que le ocurría: "La ansiedad me empujó a cuestionarlo todo, incluso lo que más amo". También señaló cómo le afectaba en su día a día como futbolista profesional y como persona: "Y eso me afectaba en cosas que siempre habían sido naturales para mí: mi confianza, mi energía, mi manera de vivir cada día y cada entrenamiento. Sentía que no era yo, como si estuviera peleando contra una parte de mí que no entendía".

La ansiedad le afectaba hasta a la hora de entrenar, cambiando completamente. Lanzó un profundo mensaje de reflexión: "A veces, cuando no entiendes por qué las cosas no salen, el silencio pesa más que cualquier derrota". El no conocer el motivo de los problemas puede retrasar su solución.
Un proceso de recuperación silencioso y sin excusas
Daniel Sánchez explicó que no es fácil abrirse y contar públicamente lo ocurrido: "No ha sido fácil reconocerlo, pero creo que es importante aceptar que incluso los más fuertes también caemos. Y yo caí, pero también aprendí a levantarme. Aprendí a escucharme, a darme tiempo, a entender que la mente también necesita descanso y cuidado". Añadió que pudo haberse notado: "En todo este proceso he estado más reservado, más en silencio, y sé que quizás desde fuera podía parecer que algo no encajaba".
También miró hacia atrás durante su confesión: "Sí, seguramente muchas cosas en mi rendimiento o en mi situación tenían una explicación interna que yo mismo estaba intentando gestionar". Sin embargo, quiso alejarse de excusas: "Pero no quiero justificar nada: lo que importa es que estoy volviendo a encontrarme. Y aunque me sentí al borde, decidí levantarme. Cada entrenamiento, cada minuto sin jugar, cada pensamiento negativo… todo lo estoy transformando en fuerza".
La luz al final del túnel
Su calvario ha acabado y lo agradeció con una foto en el propio vestuario tras el partido del Málaga en Valladolid: "Está foto ha sido minutos después de finalizar el partido, aliviado conmigo mismo y sonriéndome, porque me lo merezco y porque hay gente que se merece verme así". Tras no jugar en todo el mes de noviembre, volvió a disfrutar de minutos y no ocultó su felicidad: "Hoy, gracias a Dios, vuelvo a sentir esa luz que hacía tiempo no veía. Vuelvo a recuperar mi confianza, mi ilusión, mis ganas de ser el de siempre: dedicado, ambicioso y con hambre de crecer. Estoy sonriendo otra vez, disfrutando del fútbol de verdad, sintiéndome libre y fuerte".
Dejó un mensaje para sus seres queridos en el tramo final: "Quiero mencionar, aunque sea brevemente, a mi familia y a mi círculo más cercano. Ellos han sido un apoyo silencioso pero fundamental, el tipo de compañía que no hace ruido pero sostiene. Y eso se queda para siempre. Ellos serán los que me acompañen toda mi vida". Concluyó con un mensaje motivacional: "Uno puede caer, puede dudar, puede romperse un poco… pero nunca tirar la toalla. He vuelto a ser yo. Y voy a por todas".