Eurocopa

Selección Española

Macedonia se atraganta

El jugador de la selección española Juan Mata recibe las felicitaciones de sus compañeros al marcar el primer gol a Macedonia
El jugador de la selección española Juan Mata recibe las felicitaciones de sus compañeros al marcar el primer gol a Macedonialarazon

«Churrigol» de Mata y victoria de España, sin pólvora y sin ideas; pero a un paso de Francia.

Cenicienta como Luxemburgo y Bielorrusia, un escalón por debajo de Ucrania, a dos de Eslovaquia y, en teoría, a una escalera mecánica de España, Macedonia encajó una mínima derrota sin darse por vencida en 90 minutos. Luchó, trabó el choque, fue un «sparring» peleón y hosco ante el mejor equipo del Grupo C –menos brillante que en Oviedo–, vigente campeón de Europa que, con la clasificación a punto, acudirá en 2016 a Francia dispuesto a renovar el título. Será candidato serio si aprueba la asignatura pendiente: el disparo. Una victoria como la obtenida en el Filipo II de Skopje no sirve de ariete para derribar la puerta de los sueños; sí la del sábado ante Eslovaquia, cuando mostró su cara más agradable frente a un rival más serio y cabal que Macedonia, pero menos complicado. Otro detalle para la esperanza es que por ahí las otras selecciones tampoco atan a los perros con longaniza.

Seis cambios introdujo Del Bosque con respecto al equipo que dio el repaso a los eslovacos. Recurrió a De Gea, aunque podía haber jugado el partido sin portero, a Carvajal, Bernat, Cazorla, Isco y Mata. Bajó el nivel. El compromiso, nada exigente, permitía alegrías en la alineación y mostrar el fondo de armario, que lo hay; aunque no apareció. Se echó de menos el espectáculo, la lucidez, de Isco, por ejemplo, entre apagado y abúlico, o acaso descolocado. Ni siquiera había que cambiar el estilo; la Selección posee un sello propio y, con la frescura que proporcionan los albores de la temporada, de salida pretendió explotarlo... Pero en esto del fútbol en multitud de ocasiones querer no es poder. Los macedonios se aplicaron en el achique de espacios y en la presión continua; redoblaron esfuerzos en defensa y ese encuentro pretendidamente cómodo derivó en la vulgaridad.

A toque de piano –así se interpretaron los himnos, escuchados con envidiable respeto– comenzó el partido, con Silva erigido en jefe de operaciones. Distribuye el juego –casi todos los balones pasan por sus botas–, es el nuevo catalizador, más aún en ausencia de Iniesta, y la referencia cuando el esférico se convierte en elemento extraño que casi nadie sabe controlar.

Instalada España en terreno contrario, sólo con De Gea en el suyo, el 0-1 fue un «churrigol» que firmó Mata al alimón con Pacovski, el desolado guardameta local. Centró el del United desde el lateral derecho, la pelota tocó en el segundo palo, casi en la escuadra, y la cabeza del portero ayudó a meterla. Otra vez un gol temprano. Unos tocan el piano y otros, el balón. No obstante, con vergüenza torera y orgullo, los de Drulovic adelantaron líneas en busca del empate y por unos instantes Diego Costa disfrutó de más espacios para correr y chutar, que es lo suyo. Corrió, se enzarzó con todo bicho viviente, no tiró y vio la primera tarjeta por zafarse a empujones de un contrario. Costa no ve puerta y a la Selección le cuesta llegar al gol. Combina, trenza, se atasca por el centro y no remata.

Es como si los rivales supieran que amontonando jugadores en la frontal el portero no corre peligro. La segunda ocasión española fue un centro de Carvajal que se desvió al larguero. Y no hubo más. Vibraba el público, empujaba, porque su selección no encajaba una derrota deshonrosa y los temidos españoles no enseñaban el fútbol que les acredita ni el talento de sus jugadores. Así, Macedonia se creció y a punto de cumplirse la hora de partido disfrutó de una buena ocasión de gol que desbarató Busquets. Del Bosque entonces quitó a Costa, que salió cabizbajo, que pelea pero no le luce, que no marca, y en su lugar entró Alcácer. Quizá con un nuevo sacacorchos... Acaso entrando por las bandas, como hacen Alba, Juanfran o Pedro... O si los «ovskis» se agotaran de tanto defender... Entonces... Hipótesis y más hipótesis que el fútbol no admite porque se alimenta de goles.

Cazorla, tan gris como los demás, dejó su puesto a Koke y acto seguido el árbitro anuló un tanto a Alcácer por fuera de juego que no era. El valencianista descubre huecos vedados para Diego Costa, porque no los ve o porque le marcan sin misericordia. Y llegó el turno de Iniesta, el desatascador, ovacionado al entrar, no como en San Mamés. Pero no era el día. Las ganas y la entrega de la Selección no se discuten, tampoco que en Skopje se quedó a oscuras. Los macedonios pelean, no juegan, pero molestan, y los españoles no supieron zafarse del incordio. Menos mal que lo que cuenta es la victoria. El resto, para olvidar.

FICHA TECNICA.

--RESULTADO: MACEDONIA, 0 - ESPAÑA, 1. (0-1, al descanso).

--ALINEACIONES:

MACEDONIA: Pacovski; Zhuta, Sikov, Ristevski, Askovski (Bardi, min.77); Brdarovski, Gligorov, Petrovikj, Ivanovski (Trajkovski, min.69); Radeski (Ibraimi, min.85) y Hasani.

ESPAÑA: De Gea; Carvajal, Ramos, Piqué, Bernat; Busquets, Cazorla (Koke, min.68), Isco (Iniesta, min.79), Silva, Diego Costa (Alcácer, min.61) y Mata.