
"Cárcel de los famosos"
El día a día de Robinho entre rejas: entre la electricidad y el preso de las automutilaciones
Tras el suicidio de su ex guardaespaldas -también implicado en el caso de violación en Italia- salen a la luz nuevos datos sobre la vida del ex futbolista en prisión.

En marzo del año pasado, Robinho fue detenido en Brasil, donde ahora cumple la condena de nueve años por un delito de violación en Italia. El ex futbolista, de 41 años, fue condenado a nueve años de prisión por la Justicia de Italia por su participación en una violación colectiva en Milán en 2013, pero nunca llegó a cumplir la pena debido a que regresó a Brasil, país que prohíbe la extradición de sus nacionales. Las autoridades italianas solicitaron a la Justicia brasileña que homologase la condena y que, en consecuencia, determinase el encarcelamiento del exfutbolista para que cumpla la pena en su país de origen.
Desde entonces cumple su pena en la Penitenciaría Dr. José Augusto César Salgado, P2, en Tremembé, en el interior de São Paulo, un lugar conocido como la "cárcel de los famosos". Robinho fue detenido el 21 de marzo de este año por la Policía Federal. Estaba en el edificio donde vivía, en el barrio de Aparecida, en Santos , en la Costa Sur de SP. Después de ingresar al sistema penitenciario de São Paulo, Robinho pasó 12 días aislado en la P2. A partir de entonces pasó a vivir en una celda común, con la presencia de otro interno.
Ahora, tras la noticia del fallecimiento de su ex guardaespaldas implicado también en la violación por la que fue condenado el futbolista, han salido a la luz nuevos datos de su vida en prisión.
Robinho comparte una celda de ocho metros cuadrados y ha conseguido un nuevo trabajo en prisión mientras busca reducir una sentencia de nueve años por violación en grupo. Entretiene a sus compañeros de prisión con sus habilidades futbolísticas, toma el sol y se ha unido al club de lectura de la prisión, pero sólo ve a sus familiares más cercanos.
Robinho trabaja como electricista en prisión para intentar reducir su condena de nueve años por violación en grupo, según los últimos informes. De hecho, según informó Marca, el ex futbolista puede reducir su sentencia en un día por cada 12 horas de trabajo.
El brasileño completó un curso de electrónica de 600 horas y ahora arregla radios y televisores dentro de la prisión. Además, cultiva jardines y ha completado los 10 módulos del programa de educación para el trabajo y la ciudadanía.
Su peculiar compañero
Su compañero de celda es un joven de 22 años que está encerrado por inducir al suicidio y a la automutilación. Cuando recibe visitas de familiares (ya sea su esposa, sus hijos o sus padres), se les permite llevar una selección limitada de golosinas. Entre quienes llevan comida, bebida, ropa, juegos como ajedrez o damas, material de escritura y revistas o libros estrictamente no pornográficos se encuentra su hijo Robinho Jr, de 17 años, que espera la oportunidad de jugar con Neymar en el Santos.
Cuando quiere jugar al fútbol, toma prestadas las botas de otros.
Así es la "cárcel de los famoso"
A lo largo de los años, P2 de Tremembé se ha hecho conocido por albergar algunos de los casos judiciales más impactantes de Brasil. Entre los reclusos más conocidos se encuentran Alexandre Nardoni, condenado por la muerte de su hija Isabela Nardoni; Lindemberg Alves Fernandes, por matar a su novia Eloá Pimentel; y Gil Rugai, acusado de asesinar a su padre y a su madrastra. La presencia de estos casos de gran conmoción social entre sus muros convierte al P2 en un lugar de constante discusión e interés público.
La prisión fue inaugurada en 1995 y tiene una capacidad para unos 400 prisioneros. Medios brasileños afirman que las celdas van desde 8 a 15 metros cuadrados (con capacidad para hasta seis presos.
Está ubicada en la comarca aislada del municipio, y cuenta con vegetación a su alrededor. Hay campos de fútbol, sala de juegos, una biblioteca cuenta con iglesia y un huerto.
Según un reportaje publicado por la revista Veja “la comida se elabora en la propia celda y las visitas se realizan los sábados y domingos. Los presos también pueden unirse a clases de música o inglés, además de participar en competiciones internas de ajedrez, poesía o partidos armados en la cancha de fútbol de la penitenciaría”.
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