El gran día de Monreal

«Si me llegan a decir que iba a ganar un Mundial...», solía decir Joan Capdevila en sus últimos tiempos como internacional. El lateral izquierdo era un problema para los seleccionadores, primero para Luis Aragonés y después para Vicente del Bosque, y Capdevila apareció como la mejor solución para todos. Pero el agujero que se imaginaba después de él se ha ido rellenando con criterio y buenos futbolistas. Monreal, cuando jugaba en Osasuna, fue una de las primeras opciones de Del Bosque. Después lo adelantó Jordi Alba a toda velocidad, pero el navarro demostró ayer a Del Bosque que no se había equivocado con él.

Con Jordi Alba lesionado, Monreal asumió sus funciones. No se notó la ausencia del jugador del Barcelona en ataque y mejoró su aportación en defensa. Las mejores ocasiones de España llegaron de las subidas de Monreal. En la primera mitad, Xavi sólo tenía que empujarla para marcar el primer gol. Monreal había llegado a la línea de fondo, levantó la cabeza y giró el tobillo para ponérsela al capitán de «La Roja» en el centro del área. Fue el bote, o el césped, o la posición del cuerpo de Xavi lo que mandó la pelota por encima del larguero. Pero Monreal había hecho todo lo posible para que España pudiera marcar.

En la segunda parte, fue decisiva también su aportación en el gol. Pedro le mandó el balón de banda a banda, pero no se movió hasta que vio el control orientado del lateral. Un balón lejano y difícil lo convirtió en una jugada de gol. Otra vez con la cabeza levantada, vio la arrancada de Pedro y allí le mandó el balón. Pedrito hizo el resto. España les debe a ellos dos el primer puesto de grupo. «El míster nos insiste en que subamos y, gracias a Dios, la segunda opción que tuve terminó en gol», decía después del partido.

Monreal ha crecido desde que Del Bosque le hizo internacional. El seleccionador tiene mucha culpa de que lo ficharan primero el Málaga y después el Arsenal. Ayer, le devolvió el favor.

LOS ENTRENADORES

Cada vez que hay problemas, Vicente del Bosque insiste en que España debe jugar con su estilo. Y a su estilo se llevó la victoria. Sólo hizo una pequeña concesión a sus críticos, la presencia de Villa en lugar de Cesc como delantero centro. Pero si el delantero es verdadero o falso se revela cada vez como un asunto más intrascendente para «La Roja». Lo importante es que España respete su naturaleza porque, además, fuerza a los contrarios a cambiar. Deschamps intentó que el cambio no fuera demasiado exagerado, quiso presionar arriba para robar cerca del área y tener oportunidades de gol. Y a punto estuvo de tener razón. Pero no pudo con la estrategia de Vicente del Bosque.